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Juliano Ribeiro Salgado y Wim Wenders retratan a Sebastião Salgado en La sal de la Tierra

Quise relatar las historias que mi padre cuenta sobre la humanidad

Lo descubrí a través de las entrevistas que le hicimos para el documental, comenta el joven realizador sobre el fotógrafo

La cinta, postulada al Óscar, tiene un mensaje esperanzador, expresa

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En la imagen, el cineasta alemánFoto cortesía de la producción
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Juliano (en la cámara) y Wim Wenders (segundo de izquierda a derecha), con el equipo de filmación.Foto cortesía de la producción
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 19 de enero de 2015, p. a12

San Cristóbal de las Casas, Chis.

El documental dirigido por el brasileño Juliano Ribeiro Salgado y por el alemán Wim Wenders, La sal de la Tierra, llegó para sorprender/maravillar al público del Festival Internacional de Cine de San Cristóbal de las Casas. La cinta está postulada al Óscar.

De visita en esta ciudad, Juliano habló sobre la colaboración con Wenders. Dijo: Desde el principio siempre supimos que íbamos hacer un filme sobre Sebastião y que debía abordar su obra, pero no sabíamos nada de cómo lo haríamos. Fue una lectura muy compleja, muy difícil.

En La sal de la Tierra se aborda el complejo trabajo del reconocido fotógrafo Sebastião Salgado, quien desde hace 40 años recorre los continentes captando la mutación de la humanidad, siendo testigo de atroces/determinantes acontecimientos que han marcado la historia reciente del planeta: conflictos internacionales, hambruna, éxodos, desplazamientos, concluyendo con su proyecto Génesis, un trabajo en territorios vírgenes en los que retrata grandiosos paisajes y pone ante los ojos del espectador una fauna y una flora silvestres. Ese proyecto fotográfico gigantesco es un tributo a la belleza del orbe y la vida salvaje.

El joven realizador agregó: Todo empezó en 2009, cuando Sebastião me llamó y me dijo que Wim Wenders iba a ir a cenar a nuestra casa. Wenders quería hacer una cosa con Sebastião, pero no sabía qué. Y en ese momento mi padre me forzó un poco para que lo acompañara a uno de sus viajes; nuestra relación no era muy buena y pensaba que nunca haría un filme sobre él. Sin embargo, en este viaje vio cómo filmaba yo, cómo ponía la cámara, y se quedó muy emocionado, y eso abrió la puerta para que empezáramos a trabajar. Comencé un filme sobre las historias que él contaba cada vez que volvía a casa. Historias casi tan importantes como sus fotografías, porque nos contaba cosas de la humanidad que nosotros no conocíamos.

Señaló: Así que después de que me surgió esta idea, la platiqué con Wenders, quien me dijo que estaba pensando lo mismo. Así comenzó todo y el resultado es un filme basado en las entrevistas. Después de año y medio, desde que comenzamos a hablar, encontramos esa profundidad y riqueza en la historia de Sebastião y mi madre con el proyecto Terra. Y empezamos a filmar. Hubo muchas discusiones para hacer que el filme que Wim y yo queríamos realizar estuviera a la altura de lo que podríamos mostrar de mi padre y de su trabajo.

La sal de la Tierra ganó el premio Especial del Jurado, Una Cierta Mirada, del Festival Internacional de Cine de Cannes (2014) y el Premio del Público del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (2014), entre otros. Tomó cuatro años y medio terminar el filme. Al respecto Juliano señaló: Lo que queríamos mostrar era cómo transformar la falta de esperanza en la humanidad en una cosa simbólica que es la vida. Yo creía que iba a descubrir a mi padre viajando con él, pero él no es muy abierto a las discusiones en los viajes, porque se concentra mucho en lo que quiere fotografiar. Más bien lo descubrí en las entrevistas que le hicimos, lo que cambió la forma de verlo. En un principio tenía bronca con mi padre, pero cuando lo volví a ver con la película terminada, nos volvimos amigos.

La sal de la Tierra fue seleccionada para competir por el Óscar en la categoría de mejor documental. Juliano afirmó: “Esto es muy importante para el filme, porque atraerá mucha luz. El filme tiene un mensaje muy simple; vivimos una etapa con una visión muy pesimista del mundo, pero a pesar de ello, de esas cosas que nos pesan tanto, hay maneras de encontrar, tal vez, una esperanza de que se pueden cambiar las cosas para mejorar. De cómo cambiar la sociedad políticamente, cómo deben ser las relaciones entre los ciudadanos y las empresas.

“Pero, sin abordar este debate, La sal de la Tierra es el ejemplo del caso de un hombre que al poner atención a su alrededor consigue transformar las cosas de un modo muy positivo. Con una visión del mundo que no es ingenua, se puede cambiar el planeta, con el proyecto Terra que después de haber devastado la Tierra se pudo volver a reforestar y revivir esta zona, al que volvió la fauna salvaje, como el jaguar. Además, se firmó un contrato para plantar 100 millones de árboles en los próximos 25 años alrededor de Terra”.