El director está sorprendido
por los resultados de la OFBR
Consolidarse como ensamble, como un gran instrumento musical, es el gran desafío de la agrupación, expresó el músico en entrevista
Sábado 17 de enero de 2015, p. 5
Consolidarse como ensamble, como un gran instrumento musical, es el gran desafío que tiene frente a sí la Orquesta Filarmónica de Boca del Río (OFBR), Veracruz, a seis meses de haber sido fundada, en septiembre de 2014, y en víspera de comenzar su primera temporada del año.
Así sostiene su titular, Jorge Mester (ciudad de México, 1935), uno de los directores mexicanos con mayor reconocimiento y proyección internacional hoy día, quien aceptó estar al frente de esta agrupación, no sólo porque siempre es un reto trabajar con una orquesta nueva, explica, sino por el noble proyecto social que hay detrás de ella.
En entrevista telefónica desde Louisville, Kentucky, Estados Unidos, de cuya orquesta es director musical emérito, Mester se dice muy contento y sorprendido
por lo logrado durante la primera temporada de la agrupación, que tuvo lugar entre septiembre y diciembre del año pasado, en particular por la respuesta del público.
No sé si la gente de Boca del Río tenga o no afinidad con la música de concierto, pero le sobran ganas de escucharla. Un público no debe saber nada de este tipo de música para disfrutarla, sólo tiene que dejarse llevar como si fuera una canoa sobre un río, con la mente abierta, y creo que eso es lo que está pasando. El público llega a los conciertos con entusiasmo y sale de ellos con más
, destaca.
Cifras de la OFBR apuntan que los ocho conciertos de la primera temporada de la filarmónica, realizada en su sede, el teatro Fernando Gutiérrez Barrios, tuvieron las entradas agotadas, con una asistencia de 4 mil 200 personas, a lo que deben sumarse las más de 2 mil que presenciaron las 17 actuaciones ofrecidas en plazas públicas, escuelas, hospitales e iglesias.
Según Mester, el contacto y el trabajo con la sociedad debe ser una obligación que todas las orquestas del mundo deben tener
, y al respecto encomia el programa de desarrollo social instaurado por la Filarmónica de Boca del Río, denominado Orquestando Armonía.
Esta propuesta consiste en ofrecer a 200 niñas y niños de las zonas marginadas de ese municipio veracruzano tres horas de clases diarias de coro y orquesta con maestros altamente preparados. El propósito es brindar a esos pequeños la oportunidad de desarrollarse de manera armoniosa en un ámbito de disciplina, cordialidad y respeto.
Que la Filarmónica de Boca del Río sea una orquesta de reciente creación y que sus integrantes sean en su mayoría jóvenes no es tomado por Jorge Mester como limitante, sino como una invaluable oportunidad.
Que sean músicos jóvenes no quiere decir nada, tienen la maestría y el profesionalismo, además de gran entusiasmo. Muchos llegan hasta hora y media antes a los ensayos para afinar y trabajar juntos. Justamente eso fue lo que me interesó mucho al aceptar el cargo: estar involucrado con una orquesta que no ha tenido buenas ni malas costumbres, y aquí parece que están predominando las buenas.
De acuerdo con el director, el siguiente paso es que los integrantes de la OFBC se amalgamen como grupo, como un gran ensamble, y logren un sonido distintivo, aspecto que no es de prisa, sino de trabajo y disciplina, aclara.
Sobre la primera temporada del año –integrada por 12 programas, que tendrá lugar entre el 16 de enero y el 19 de junio–, mencionó que en ella se celebrarán los 150 años de los compositores Jean Sibelius y Carl Nielsen, así como los 40 años de carrera artística del director Eduardo Diazmuñoz y los 50 años de vida del compositor y director Juan Trigos.