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Guerrero “(…) Soy un rapero de la montaña Sergio Ferrer Periodista y MC de reggae @raschie En solidaridad con el reclamo de justicia para Ayotzinapa. México revolución
Gonzalo Candia Moreno regresó deportado de Estados Unidos a la Montaña de Guerrero. Del otro lado, además de dedicarse a trabajar y pensando constantemente en sus raíces, le surgió la idea, y yo diría que la necesidad, de rimar en tu´un savi; fue más fácil que rapear en español. “Ta kuina kui kachi na / ta an suvi ta kuina kuí / ta xita ñuu kiu´un kuí / ta an vasa sinda´vi kui... Me dicen ratero pero no soy un ratero, soy un rapero de la Montaña que no te engaña”. Su lengua materna, el tu´un savi de Ocoapa, es una de las variantes del mixteco de la Montaña alta, donde también se habla el náhuatl y el me´phaa. “Para mí, la importancia de rimar en mi lengua materna es porque no quiero que se pierda; ahora parece haber más apoyo para quienes cantan o escriben en sus lenguas, lo que me hace sentir orgulloso de representar a mi región en cada estado que visito, pero quisiera ir a otros países”, contó. Gonzalo vive con su pareja –que también canta- y sus dos hijos. Trabaja en una tortillería y en una peluquería. “Carnal, pienso que las personas no les debe dar pena hablar su lengua, es bonito, mientras más aprendan tendrán más puertas abiertas; tampoco debemos perder las costumbres, de donde soy varios de mi raza ya no quieren hablar mixteco, dicen que ya saben qué son y quieren hablar inglés, pero yo sí, en mis letras he podido contar sucesos reales, del aborto, de los desastres naturales, de mi gusto por la música, de las guerras que se viven, del fin del mundo”. Él también tiene canciones que “la banda me pide”, como la de Kamiyuk, que habla del consumo recreacional de la marihuana. “Yo compongo de lo que la gente me dice, si me piden de los estudiantes ¿por qué no?, es nuestra gente, puede estar hasta mi familia; es algo que estamos pasando en Guerrero, es triste”, asegura en relación con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, aunque acota que no le gusta acudir a las marchas. Después de darse a conocer y ser pionero en la región cantando rap en su lengua, hay otros ejemplos de jóvenes indígenas con los que alterna participaciones, como son los Inéditos Crew, o el mc Retro, Isaac Martínez Iriarte, joven nahua que combina a buena velocidad rimas o improvisaciones que alaban la palabra florida, y lo hace “orgulloso de ser mexicano y de hablar el náhuatl... totlajtol porque totlajtol kua kual tzin”. Gonzalo, Isaac junto con el “deejay” Kukaracho, y Kukulkan Sonido Antisistema conforman la agrupación Ñu un tlan, Ñu un es música en tu´un savi y tlan significa lugar en náhuatl, Música del lugar, mejor conocida como Colectivo Rapero de Tlapa. Las líricas de Retro y Kukulkan contienen una crítica social contra la podredumbre que agrede a México, es decir contra la narco-política y el desprecio por la vida; además promueven la defensa de la sociedad tomando ejemplos surgidos del pueblo, como la Policía Comunitaria, entre otras realidades de Guerrero y del país. En el marco de la diversidad étnica de la Montaña –no olvidemos que en Guerrero también habitan los nancuee ñomndaa (amuzgos) y afrodescendientes en la Costa Chica-, se construye desde la música una resistencia y un respaldo a sus culturas. Además de existir desde hace varios años agrupaciones que cantan chilenas en mixteco, hay actualmente un primer ensayo de fusión e integración de los sonidos de banda de viento con rap, el cual buscará combinar y acercar a dos géneros que permiten cada día a adolescentes y jóvenes responder a su contexto. Raperos de la montaña mutaron al Colectivo Rapero de Tlapa (CRT) a finales de 2013 cuando, después de haber compartido escenario en la región, fueron invitados por el programa De Tradición y Nuevas Rolas, de Culturas Populares, a Zinacantán, Chiapas. Dicho programa ha dado espacio a artistas indígenas de diversos géneros: en cuanto al rap, están Slajem k´op; rap tzotsil de San Juan Chamula, Chiapas, y Mayan Poetry, de Felipe Carrillo Puerto, de donde también es Pat Boy. Existen más ejemplos, como Morales (orador hip-hop mazateco), oriundo de la tierra de María Sabina; Mixe Represent, también de Oaxaca, y Dj Héctor, que rima en hñahñu, del Valle del Mezquite. Además de raperas de origen indígena o que mantienen fuerte la conciencia de sus raíces, como Mare Advertencia Lírica. También raperos como Ceiba Flava y varios rimadores jóvenes, difícil de nombrarlos a todos. Y otros que, aunque no han grabado nada, son atraídos por las rimas para cantar de su entorno, como ocurre con negros afromexicanos de la Costa Chica de Oaxaca, quienes de paso decirlo, están luchando por su reconocimiento oficial en la Constitución local. El rap y el reggae son dos géneros musicales que son cercanos a las rimas en lenguas indígenas. Además del profundo respeto por los idiomas venidos del México antiguo, también existe una marcada conciencia de lucha por los derechos humanos, por la defensa de la tierra en oposición al oscurantismo verbal y táctico con el que se ataca a la juventud desde diversos frentes dentro de los cuales no se descarta la música, léase movimiento alterado. Hidalgo Literatura en lengua ñähñu Thub’ini Mäst’oho (Arturo García García) Arquitecto paisajista, profesor de lengua ñähñu del PFCI-IPN y vocalista-flautista de Xipe Vitan Jä’i
La lengua es la síntesis de una cultura; de una totalidad, y de una forma de ver, entender y hasta de interactuar con el mundo, con el cosmos. Es por ende un ente vivo, dinámico y cambiante; se transforma, evoluciona y se adapta a los diversos momentos del espacio-tiempo de las sociedades humanas y de sus necesidades de comunicación. Al interpretar el mundo con sonidos, con palabras, con voces, la lengua se convierte en descripción; la necesidad de hablar es asimismo la metáfora, el significado profundo del mundo, donde se encuentran la armonía y el ritmo. Pero también el lenguaje es símbolo de presencia; de lucha; de batalla; de manifestar, y de exigir libertad, respeto y autonomía ante la represión, la censura, la discriminación, el colonialismo y el abuso de poder. Por otro lado, la literatura es sin duda una de las manifestaciones más importantes de la lengua, es su voz, es su canto, es su grito, es su fortaleza. Sin embargo, si no contribuye de manera tangible a una cultura de cambio social, político, ideológico y lingüístico, es entonces cuando dejará de tener razón de ser; será obsoleta, se convertirá en letra muerta y en muestra inmutable del ego antropófago, en un conjunto de voces inertes, calladas, sin fuerza y sin aliento. La lengua ñähñu, hablada en el Valle del Mezquital, zona semiárida del estado de Hidalgo, pertenece a una de las 68 agrupaciones lingüísticas que se hablan en estos territorios mal llamados México; posee nueve variantes lingüísticas que se hablan en ocho estados. Desde la Colonia hasta nuestros días, la lengua y cultura ñähñu han sido excluidas, subestimadas y discriminadas, debido a la preferencia por parte de los grupos de poder hacia las lenguas y culturas imperiales clásicas “mesoamericanas”, como el nauatl, maya y el zapoteco, por su supuesto pasado glorioso, así como por el control y sometimiento de las clases político-caciquistas otomíes de la región hacia la población, que la han mantenido en la pobreza, la mentira y la corrupción.
La creación literaria en la lengua ñähñu aún se encuentra muy limitada; rescatar las obras maestras (aunque no escritas en la lengua) de Antonio Rodríguez, La nube estéril: drama en el mezquital, con su sentido crítico y su vigencia respecto al clamor de justicia e indignación ante la situación social denigrante en la que han vivido los ñähñu desde por lo menos hace 62 años, cuando fue publicado este libro, y de Alberto Avilés con su Levantando sombras, que nos lleva, hábilmente atrayente, al mundo escondido de la metafísica ñähñu, sus seres sobrenaturales y sus creencias más íntimas. En los años recientes han surgido algunos escritores ñähñu, produciendo obras en la lengua, y aunque no es menester mencionar sus nombres, creo adecuado expresar que en mi opinión, no han logrado aportar creaciones y posturas críticas, propositivas, ya que han quedado en el camino fácil, comercial y políticamente cómodo de la folclorización, romanticismo y repetición del estigma del “indio reconocido por el Estado, pero al fin y al cabo, indio colonizado”. Para concluir, compartiré una muestra de mi trabajo literario. Mi labor es y será contribuir a revertir esa situación de mi lengua, para que vuelva al lugar donde pertenece… Ni indio... Ni indígena... Ni otomí... ¡Soy ñätho-ñähñu! "RÄ NOYA GEHNI GA TO'O BÍ MAFI" "Rä noya gehni ga to'o bí mafi" “LA PALABRA ES DE QUIEN LA MANIFIESTA” "La palabra es de quien la manifiesta" Yo soy ñätho-ñähñu, porque siembro milpa de mi lengua... milpa de mi libertad... milpa de mi identidad... porque siembro mi cosecha y... de ella, me alimento... hablo la lengua del sendero y mis abuelos se manifiestan en mi palabra… por eso: la palabra es de quien la manifiesta…
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