17 de enero de 2015     Número 88

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

In Memoriam, Semblanza de Zósimo Ortega González

¡Guerrero para siempre, tiempo eterno!

Comunidad, pensamiento, reciprocidad, respeto, lenguaje, organización, trabajo, autodisciplina y esperanza, estas son algunas de las palabras que ilustran la vida de Zósimo. Compañero, hermano, amigo, padre, hijo, representante de la comunidad triqui, académico y trabajador.
Caminante en su comunidad y la ciudad.


FOTO: Nalleli Lucila Santander Sánchez

Zósimo Ortega González perteneció al pueblo triqui, originario de la comunidad Santo Domingo del Estado, distrito de Putla Villa de Guerreo, Oaxaca. Estudió la maestría y el doctorado en Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue un abogado que aprendió a “agarrar los libros con más fuerza” dada su estancia en la ciudad, pero siempre con la fuerza que le daban su familia y la comunidad organizada en la Ciudad de México.

Formado como profesionista por su carrera como abogado, su mirada crítica de la academia y de los académicos que “estudian a los y las indígenas” puso en cuestionamiento el privilegio de los profesionistas. Afirmó: “ser profesionista es ser un experto en la individualidad” y eso no nos lo enseñaron en la comunidad.

A partir del 2006 fue socio fundador de la Red Interdisciplinaria de los Pueblos Indios de México (Red IINPIM, AC), miembro del consejo directivo de la misma Red (2009-2012), coordinador general de la Primera Asamblea de las Voces de los Pueblos. El Otro Bicentenario: Visiones Indígenas de Futuro, celebrado en 2010 en la Ciudad de México. Apoyado en su trabajo y pensamiento, propuso la mesa de trabajo: “El Estado de Derecho frente a los pueblos indígenas”.

Incansable fue la labor de nuestro compañero Zósimo por discutir los derechos de los pueblos indígenas en distintos espacios como el de la Red IINPIM y la Asamblea de Migrantes Indígenas de la Ciudad de México, así como en su diario actuar. Su muerte violenta ocurrida el 7 de enero, producto de la inseguridad y descomposición social de nuestro país, nos arrebata a una de las personas comprometidas con los pueblos de México y con su comunidad.

Zósimo Ortega fue asesinado a balazos en medio de un asalto en el transporte público mientras se dirigía a su centro de trabajo.

Sus trabajos académicos abarcaron la reflexión sobre la procuración de justicia triqui, sobre ello versó su tesis El derecho triqui en Xuman Li, con la cual obtuvo el grado de licenciado en Derecho en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en 2002. La comunidad indígena: el otro rostro de la otra nación fue su tesis de maestría. Dejó inconclusa su tesis doctoral “La criminalización de la población indígena en la Ciudad de México y el sistema de justicia en México”. Su vivencia en la comunidad triqui en la Ciudad de México constituyó la base fuerte para hablar desde su comunidad y su vida en la ciudad.

Para la Red IINPIM, AC es una pérdida irreparable, dolorosa y absurda, que nos priva de su presencia, de su amistad y su palabra.

Descanse en Paz 

Yucatán, Campeche y Quintana Roo

Yukatekos contemporáneos

Sol Ceh Moo Escritora maya. Premio Nezahualcóyotl 2014


Sol Ceh Moo FOTO: Archivo de la Secretaría de Cultura de Yucatán

Tres cuartas partes de la población que se encuentra en Yucatán, Campeche y Quintana Roo se reconocen como mayahablantes, aunque es mucho mayor la población fenotipicamente maya. Los límites geográficos dentro de la península del Mayab –surgidos en el pasado por cuestiones de encono económico y político- para nada interfieren en la identidad étnica de los mayas contemporáneos.

Tratar de encontrar diferencias etnoculturales en la generalidad, en razón de la delimitación territorial de la península, sería craso esfuerzo. En esta etnia existen lazos comunes en tradición, usos, costumbres y en las formas de entender las relaciones con la naturaleza, pero sobre todo lo que da cohesión en la identidad es el idioma maya yukateko, así denominado para diferenciarlo de otredades lingüísticas de los mayas históricos.

El maya es un idioma vivo y vigente, no existen signos de emergencia que indiquen el peligro de su extinción. Es posible que en el futuro, de no aplicarse correctas políticas lingüísticas, el idioma maya pudiera entrar en un cuello de botella, pero eso por el momento no es la cuestión. Esta lengua mexicana peninsular se manifiesta fuerte frente a la lengua oficial y mayoritaria, de manera que, a diferencia de otras lenguas aborígenes, ha logrado permear el léxico castellano, dándole al español características muy particulares en la región.

En el contexto sociolingüístico de los mayas, el uso diario de su idioma tanto en lo doméstico como para las transacciones externas diarias es clara muestra de resistencia ante las influencias occidentales. La debilidad de la lengua radica en que es un idioma estructuralmente oral. La lectura y escritura en la lengua materna no han logrado los niveles que todos quisieran; si el analfabetismo en el español no resulta estadística agradable, ni qué decir del analfabetismo en maya.

Existe un notorio movimiento cultural que tiene como eje la lengua materna; sus protagonistas son jóvenes y adultos que han logrado acceder a la educación superior. Desde la visión de su etnicidad, ellos realizan valiosas contribuciones. La literatura es una manifestación que, hacia el interior, ha enriquecido la valoración étnica, y hacia lo externo, ha captado miradas de asombro, dada la enorme calidad de la literatura maya escrita tanto en la lengua madre como en el español.

Estos intelectuales aborígenes sin pudor alguno han logrado la producción de conocimientos, reformulando conceptos, revelando las asimetrías culturales y elaborando una narrativa encarrilada en una franca evolución lingüística, cultural e histórica. Los géneros literarios acotados tradicionalmente para la literatura indígena son paradigmas destrozados por las nuevas corrientes literarias, que surgen desde una visión completamente diferente a la occidental.

Muchos soles han pasado desde que Gaspar Antonio Xiu nacido en Maní, escribió el Chilam Balam de Tizimín. Es posible que el hijo del sacerdote H Kinchi, a quien los Cocones de Sotuta le sacaron lo ojos por aliarse con el invasor, no fuese el primer escritor que hablara y pensara en maya, cuando escribía en grafías latinas; sin embargo, es físicamente una referencia en el tiempo para quienes cultivan el arte de la escritura. Después de este ilustrado maya, como luces esporádicas en el firmamento surgen algunas expresiones literarias en maya, cuya trascendencia es opacada por el trabajo de mayistas que recopilan los saberes de la cultura, desde la perspectiva que les da ser los dominantes en el ámbito social, político y cultural de la región.

Las obras clásicas mayas, que en analogía a la literatura griega son los pilares de la nueva corriente literaria indígena, son de variado género. El Popol Vuh, los Chilam Balam, los Cantares de Dzibalché y El Ritual de los Bacabes, entre otras obras, son básicas para entender a la nueva generación de escritores.

A partir del trabajo realizado en 1982 por Carlos Montemayor, han surgido dos generaciones de literatos, los denominados montemayoristas y los innovadores. Los primeros son intelectuales apegados a las tradiciones, leyendas y mitos. Los segundos son escritores que sin perder su cosmovisión, se adentran en géneros universales como el cuento, la novela, la crónica y los ensayos. La literatura maya es todavía joven y dará aún mucho por escribir.


Campeche

Minucias en el establecimiento
y funcionamiento de un taller
de poesía en lengua maya


Waldemar Noh Tzec FOTO: Jenry Humberto de la Cruz Alfaro

Waldemar Noh Tzec Poeta bilingüe

Organicé y coordiné el primer taller de poesía bilingüe maya-español, en la Casa de Cultura de Calkiní, Campeche, a principios de 1992, a petición del presidente municipal en turno, en coincidencia con un acuerdo tomado en un Encuentro Peninsular de Escritores un año antes, en la Casa Internacional del Escritor de Bacalar, Quintana Roo, para preservar y fortalecer los valores de la cultura maya, cimentados en la lengua.

EI “método” para conducir tal taller literario lo fuimos construyendo los talleristas, incluyéndome como uno más, sobre la marcha, en un local ubicado en Tepakán, un poblado pequeño aledaño a la cabecera municipal.

Tal “método” carecía de herramientas didácticas para la conducción talleril bilingüe, ni contaba con libros de retórica ni poética mayas, porque no los había, y aún no hay ninguno.

Las sesiones del taller eran sabatinas, cada dos semanas. Pocos meses después, comenzamos a realizarlas en las instalaciones de la Casa de la Cultura en Calkiní.

En mi tarea conductora del taller, me propuse una caminanza de seis veredas convergentes:

1.   Pensar y escribir, primeramente, en maya.

2.   Cómo estructurar el verso (ritmo, acentos….).

3.   Cómo manejar el lenguaje connotativo (metáfora, símil y más).

4.   Cómo y en qué momento abordar la traducción.

5.   Cómo usar los préstamos lingüísticos.

6.   Cómo elegir y usar un alfabeto.


Briceida Cuevas Cob. Poeta Maya

Se sabe, refiriéndome a la vereda con el numeral 1, por fuentes indirecta y directa, hay escritores maya-hablantes (poetas, narradores, dramaturgos) que primero escriben textos en español y luego los traducen al maya. Esta corriente literaria no es adecuada ni recomendable, tampoco la mejor, porque desnaturaliza la génesis textual, en el hecho creativo, al no tomar en cuenta la cosmovisión maya, implícita en la lengua (toda lengua encierra en sí la explicación del universo, del mundo y de la vida).

Con sus propios instrumentos, este estilo expresivo sí crea obras literarias (poemas, cuentos, novelas y más) pero adulteradas, mientras sus cultivadores se empecinan en presentarlas y en tratar de convencernos de que son mayas. En todo caso, son literatura de lengua española disfrazada con el ropaje de lengua maya o literatura mexicana de lengua española, traducida al maya. Este fenómeno literario contamina, a escala nacional, a escritores de otras lenguas originarias: el náhuatl, las lenguas mayenses de Chiapas y Tabasco y más.

Acerca de la estructura del verso, al no contar con normas establecidas de versificación en lengua maya, planteé a los talleristas ejercicios de escritura en los que la construcción de frases u oraciones se caracterizaba por el uso de vocablos con fonemas vocálicos largos (por ejemplo en pixa’an, cubierto-a), cortos o breves (por ejemplo en lil, temblor), dobles (por ejemplo en maak), heridos o golpeados (por ejemplo en ja’, agua). La duración fónica de éstas, en mi personalísima apreciación, puede ser el eje rector para dar medida al verso maya.

El uso cotidiano de la lengua en la familia y en la comunidad me ha permitido darme cuenta de una singularidad de la oralidad maya: la contracción. El uso de ésta en la escritura permite una versatilidad o flexibilidad en la extensión del verso; por lo que, desde un principio, impulsé entre los talleristas su uso oportuno como recurso expresivo. Cito aquí algunos casos empleados en la práctica de la escritura versal:

a)    tan in k’ay (estoy cantando): tin k’ay;

b)   dzok u bin (él-ella se fue): dzu bin;

c)    dzok ua a dzibtik (¿ya la-lo escribiste?): dza dzibtik.

La contracción no altera el significado de la frase u oración maya, pero sí da cabida a veces, en algunos casos, entre hablante y oyente en la oralidad y entre escribiente y leyente en la escritura, a algún juego de significados, que resulta un albur, veamos este caso:

1.   dzok in sen ka’na: ya me cansé mucho;

2.   dzin sen ka’na: ya me cansé mucho;

3.   dzisen ka’na: cógeme arriba.


Casa de Cultura de Calkiní

Y puedo afirmar que tal ejemplo es un auténtico calembur-calambur maya, con el aval, primero del interpósito Diccionario de retórica y poética, de la eminentísima doctora Helena Beristáin, si no mal aprendí como consultante de sus enseñanzas, y también con el refuerzo del interpósito Nocturno en que nada se oye, de Xavier Villaurrutia, como lector, con gozo estético, el recurso lúdico-retórico, en el que el sustantivo bosque es la fuente generadora.

Sé que el lenguaje connotativo o figurado es una constante universal en las lenguas. Como maya-hablante, conozco la exuberancia connotativa en la oralidad coloquial de la lengua maya peninsular. Esta riqueza expresiva me sirve de sustento en la práctica de la escritura de textos poemáticos. Comienzo por plantear en el taller algunos casos de metáforas establecidas en la lengua común o metáforas fósiles (según la doctora Helena Beristáin):

•     u k’ab che’:

•     lenguaje denotativo: la rama del árbol;

•     lenguaje connotativo (metáfora): el brazo del árbol.

•     u yich che’:

•     lenguaje denotativo: el fruto del árbol;

•     lenguaje connotativo (metáfora): el ojo del árbol.

Los talleristas daban primero, por petición mía, ejemplos de tales metáforas, las cuales escribían después de la exposición oral del grupo completo; así, elaboraban una lista de ellas para uso grupal.

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