Cabal salud del dedazo
Ivonne en NL
Platillos negociables
PRI, confiado
l histórico dedo elector de candidatos (no sólo el de tres colores) goza de cabal salud en el sistema partidista mexicano. Más allá de los apasionados discursos renovadores que hasta el priísta César Camacho pronuncia, la realidad muestra maquinarias cupulares (de todos los partidos) en riguroso proceso de selección discrecional de sus candidatos a los cargos en competencia en este año y a la clientela votante en apacible aceptación de las decisiones tomadas en las alturas.
Los Pinos, por ejemplo, se estrenó en Nuevo León con el destape de la senadora Ivonne Álvarez como candidata de unidad
. La maniobra se realizó conforme a las más depuradas técnicas de la casa, es decir, en las oficinas del comité nacional priísta, con la presencia controlada de los aspirantes fallidos (entre ellos el secretario federal de Economía, Ildefonso Guajardo) y en medio de un tufo a precariedad que más adelante deberá resolver el jefe Peña, quien habrá de definir si en verdad el aparato oficial se volcará en apoyo a la abanderada Álvarez, o Nuevo León será la cuota del panismo en apoyo al aliado Gustavo Madero, necesitado de por lo menos un triunfo estatal en la próxima tanda electoral.
La candidata Álvarez muestra aceptables niveles de popularidad (fue conductora de un programa de música grupera en Multimedios, la empresa con sede en Monterrey que entre sus vertientes tiene al diario Milenio), pero no cuenta con gran ascendiente en su partido (no ha ocupado cargos importantes) ni notable experiencia de gobierno (ha sido presidenta de Guadalupe, el muy importante municipio de la zona metropolitana de Monterrey, y de allí, aunque el 24 de junio de 2009 había firmado ante notario público, frente a testigos de honor
, su compromiso de mantenerse en la alcaldía durante los tres años correspondientes, saltó al Senado, en medio de impugnaciones jurídicas que la obligaron a regresar sólo provisionalmente al cargo municipal).
La apuesta priísta por una presunta popularidad, ciertamente insustancial, pareciera tener como referente la probable postulación a la gubernatura de la panista Alicia Arellanes Cervantes, quien ganó reflectores nacionales cuando, en junio de 2013, anunció que entregaba la ciudad de Monterrey, que presidía, ni más ni menos que a nuestro señor Jesucristo, para que su reino de paz y bendición sea establecido
. Durante una reunión denominada Ora Monterrey, Arellanes proclamó: Humildemente le pido a Dios que entre en esta ciudad y la haga su habitación
.
Los malos resultados de la administración peñista, más el sexenio de fracaso encabezado por el rebasado Rodrigo Medina, colocan a Nuevo León en la bandeja de los platillos a negociar por Los Pinos, con San Luis Potosí como alternativa, donde EPN tampoco tiene un abanderado con una marca fuerte, si acaso el actual comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos (impulsado por Miguel Ángel Osorio Chong), quien combina el chaleco nacional antibalas con el proselitismo partidista (por otra parte, hay aspirantes locales fácilmente sacrificables en arreglos del centro con el partido de blanco y azul, sobre todo si se toma en cuenta que el delegado, Melquiades Morales, ex gobernador de Puebla, tiene excelente entendimiento con Rafael Moreno Valle, ex priísta que ahora tiene gran influencia en la directiva de Gustavo Madero y busca ser candidato presidencial). Del lado panista quedan la actual senadora Sonia Mendoza, cuya carrera registra pocos puntos relevantes, y Alejandro Zapata Perogordo, con presencia en el plano nacional que incluye el episodio de los legisladores panistas en Puerto Vallarta, con el grito de ¡Ánimo Montana!
como riesgo electoral devastador.
Salvo los lugares donde puede haber negociaciones (Nuevo León o San Luis Potosí para el PAN, y Michoacán para el PRD con el predestinado peñista distinguido, Silvano Aureoles, al que el tricolor enfrentaría con algún abanderado de utilería y el blanquiazul con la inviable Cocoa Calderón), el peñismo no parecería tener grandes preocupaciones para conservar el poder en el resto de las entidades donde habrá relevo de gobernadores. El PAN vive convulsiones internas y ello afecta su viabilidad electoral. Gustavo Madero (aunque el dirigente formal es Ricardo Anaya, político de Querétaro, entidad a la que también se busca meter a la tómbola de negociaciones con el PRI) sigue integrado al engranaje pospactista y el PRD vive su peor crisis histórica, con los chuchos y su actual comisionado directivo, Carlos Navarrete, alcanzados por la acumulación de errores propios y por el surgimiento de la alternativa lopezobradorista que, sin embargo, tampoco ha tenido un crecimiento espectacular (al estilo de Podemos en España, por citar un ejemplo), que no tiene un solo aspirante a gobernador con probabilidades de ganar y que concentrará sus expectativas en la arena chilanga, en espera de que la votación nacional lo coloque por encima del sol azteca (pero no del PRI y el PAN) y que en la capital del país se consigan algunos triunfos de mayoría en diputaciones y delegaciones.
Astillas
Luego de haber sido bateada por el gusmaderismo en su pretensión de ser candidata a diputada federal por la vía de la representación proporcional, Margarita Zavala ha anunciado que buscará la presidencia nacional del PAN. Es de preguntarse si, en caso de ser bateada también en esta pretensión, la esposa de Felipe Calderón anunciará que buscará la Presidencia de la República… Alejandro Martí e Isabel Miranda de Wallace se oponen vigorosamente a la liberación de Nestora Salgado. Convertidos en representantes institucionalizados de la sociedad civil
por decisión de gobernantes priístas y panistas (a Miranda, incluso Calderón la hizo candidata panista a la jefatura del Gobierno capitalino), coadyuvan a la cerrazón derechista. Martí incluso denuncia narcoguerrilla en Guerrero… Y, mientras Alfredo Castillo sigue narrando fantasías en Michoacán, ¡hasta mañana!
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