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Semarnat niega permiso; estudiantes deben caminar 10 km al día

Falta de carretera obstaculiza desarrollo de comunidad otomí
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Alumnos de la telesecundaria 301, en Hidalgo, recorren a pie cinco kilómetros de terracería para llegar a clases, debido a que las autoridades ambientales no han autorizado la pavimentación de caminos, con el argumento de que ello implicaría talar árbolesFoto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 12 de enero de 2015, p. 31

Valle del Mezquital, Hgo.

Decenas de niños otomíes que viven en la comunidad La Lagunita caminan a diario cinco kilómetros por una sinuosa carretera de terracería para llegar a la telesecundaria 301, la más cercana a la región La Pechuga, en una cañada en los límites de Ixmiquilpan con Nicolás Flores.

Los lugareños aseguran que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no ha permitido la pavimentación de la vereda con el argumento de que ello alteraría el entorno.

En varias ocasiones los pobladores de La Lagunita y La Pechuga hemos enviado oficios a la Semarnat para que autorice la pavimentación de la carretera, puedan circular vehículos de transporte público y los niños no corran tantos riesgos, pero nos han negado la petición con el argumento de que implicaría tumbar muchos árboles, comentó Victoriano González, presidente del comité de pavimentación de La Pechuga.

Aun cuando los habitantes de ambas comunidades han manifestado que compensarían cualquier daño ecológico con programas de reforestación, la Semarnat no cede.

La falta de una carretera provoca ausentismo escolar y afecta la economía, pues impide llegar rápido a la cabecera municipal, donde está la mayoría de los empleos, afirman los afectados.

El camino de terracería serpentea por un cerro que con regularidad se desgaja, lo que provoca obstrucciones que duran varios días.

Sólo una vieja y destartalada furgoneta que a duras penas avanza brinda servicio de transporte entre ambas comunidades dos veces al día. La primera corrida es a las 6 horas; la segunda, a las 14. En otros horarios, las únicas alternativas son usar un auto particular con motor en buen estado o, la más común, echarse el camino a pie.

Rosalía Hernández, una de las vecinas, comenta: Los carros no aguantan mucho cuando transitan por ese camino. Por eso nadie más se atreve a dar servicio de transporte entre La Lagunita y La Pechuga.

Aunque numerosas casas estilo California –construidas por migrantes que decidieron retornar a La Pechuga– dan una apariencia de prosperidad, gran parte están abandonadas o inconclusas. Al no encontrar empleo, sus dueños decidieron volver a Estados Unidos.

Es necesario que los gobiernos municipal, estatal y federal ofrezcan alternativas de empleo, con proyectos productivos, maquiladoras y otro tipo de industrias, pero de nada servirá si no se resuelve el principal problema: la falta de una carretera, refirió Vicente Cruz, dirigente de la Asociación Solidaria de Pueblos Indígenas.