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De nuestras Jornadas

Incertidumbre inédita

E

l país vive un inicio de año con inmensos problemas que configuran lo que varios medios llaman la tormenta perfecta: crecimiento económico mediocre, agudización de la desigualdad, caída de los precios del petróleo –lo que provocará un agujero muy grande en los ingresos fiscales federales–, depreciación del peso mexicano ante el dólar, inseguridad, los crímenes de Iguala y Tlatlaya e indicios de una gran corrupción, entre ellos las relaciones especiales del equipo gobernante con grupo Higa. Todo ello ha pulverizado la credibilidad de las instituciones, de los mandos superiores del gobierno y del sistema de partidos políticos.

Lo anterior provocó que todas las encuestas publicadas durante el cierre de 2014 reportaran una importante caída en la valoración del trabajo de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República, así como una percepción nada optimista sobre lo que depara 2015. Un sondeo sobre intención del voto en la ciudad de México muestra un retroceso significativo de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) y un crecimiento igualmente importante del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que se ha colocado ligeramente por encima del PRD, que ha gobernado la ciudad desde 1997, lo que podría ser un indicador de que el nuevo partido de Andrés Manuel López Obrador seguirá creciendo.

En Zacatecas la incertidumbre es mayor por la dependencia del gobierno federal en ámbitos como la educación –lo que afecta a la Universidad Autónoma de Zacatecas, al Colegio de Bachilleres y al Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado, entre otras instituciones– y de las industrias de la minería y las autopartes, cuyos inversionistas tienen poco compromiso con el desarrollo local.

En los partidos la incertidumbre es similar por efecto de la centralización de las decisiones en las cúpulas partidistas y el previsible choque entre distintos grupos políticos locales. Llama la atención el caso del monrealismo, que deberá optar entre concentrar los votos de sus seguidores en alguno de los partidos en los que tiene presencia o dividirlos entre todos ellos. De cualquier modo su situación será, cuando menos, embarazosa.