La multifacética artista Sonia Amelio, mexicana universal, considerada la mejor intérprete de los crótalos en el orbe, entre el baile, la música y la vida, festejará en 2015 los 20 años de llevar por el mundo su Cruzada del Arte por la Paz.

Prima ballerina, directora de orquesta, concertista de piano, coreógrafa y actriz, caracterizada por un estilo artístico peculiar, hizo este año presentaciones en Argentina, Uruguay y Chile, y planea, para inicios de 2015, una gira por Europa.

Dijo que 2014 ha sido para ella un año muy especial, porque el Senado le entregó el grado de doctor honoris causa; además, la fundación Agustín Lara la condecoró con la medalla del mismo nombre.

Lo que no dice Sonia Amelio (ciudad de México, 1941) es que atesora más de 380 distinciones nacionales e internacionales, entre ellas la medalla Pushkin (2011), máximo galardón que entrega la Federación Rusa a un artista extranjero por su labor en pro de la cultura.

Al preguntarle cómo logra aunar estas artes, dice que son diferentes técnicas, pero puede combinarlas sin faltar alguna. Cuando bailo no es de oído ni improvisado; todo resulta perfectamente calculado y tecnificado, y sobre todo las coreografías con las partituras de los grandes maestros, porque no permiten error, precisa.

Sin un trabajo de seis u ocho horas diarias no podría estar en forma y menos con el reto permanente de superación, de tecnificar mejor, de salir a escena con propiedad; después vienen la recreación y la impronta de la artista, pero tiene que existir la solidez de una técnica”, explica.

Agrega que la técnica tiene que ser limpia, pero también combinada, compaginado simultáneamente. Bailar y tocar, y además tener la certeza de que no puedo fallar a los distintos géneros musicales, me impele a escuchar, a tecnificar más.

El primer concierto lo di a los seis años en el Palacio de Bellas Artes, y seis meses después en el Teatro de la Ciudad como bailarina, y esas dos técnicas las he llevado de forma paralela, y luego, la actuación, y todo eso fruto de un esfuerzo muy intenso, afirma.

Y adelanta el proyecto de una reposición, La viuda valenciana, del compositor armenio Aram Jachaturiam, en cuyo estreno mundial estuvo acompañada por los solistas del ballet Bolshoi y del ballet clásico de Moscú

Sonia Amelio ha mostrado su arte en varias oportunidades en Cuba, donde recibió, en 2009, La Giraldilla de La Habana, el premio Gitana Tropical y se le declaró huésped ilustre.

También se presentó en Santiago de Cuba, Matanzas y Pinar del Río. Expresa que a Cuba la ama profundamente, tengo una huella imborrable de ese país; verdaderamente es un ejemplo para el mundo en todo sentido. En 2015, anuncia, irá a varios países de Europa y quizás a Asia; tiene compromiso con instituciones mexicanas, aunque sería fantástico regresar a aquella gran isla.

Cuba es un pueblo maravilloso que ha sabido enfrentar las adversidades con entereza, dignidad y alegría interna, expone Amelio, quien elevó los crótalos a escala sinfónica y es una de las artistas mexicanas más reconocidas en el mundo.