Con los adelantos de la ciencia ninguna persona debería enfrentar esa situación
Los opioides siempre han existido, pero no se emplean por temor de los especialistas a prescribirlos
Buscan que se ejerzan los cambios al marco jurídico en beneficio de los afectados y que internistas, cirujanos, ortopedistas y reumatólogos receten en control de las molestias
Viernes 26 de diciembre de 2014, p. 33
No existe ninguna razón para que una persona viva con dolor. Ni siquiera aquellas que tienen alguna enfermedad en etapa terminal o las que viven con un padecimiento crónico, como la artritis. En cualquier caso existe alguna alternativa terapéutica, afirmaron especialistas.
Abelardo Meneses, director del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), reconoció que el manejo del dolor y la prestación del servicio de cuidados paliativos para pacientes terminales es un gran pendiente que tiene el país.
A su vez, Celina Castañeda, subjefa de Planeación en la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, advirtió que más de la mitad de las intervenciones cubiertas por el Seguro Popular requiere del alivio de signos y síntomas, lo que también está incluido en la cobertura de este esquema de aseguramiento.
Se entiende por signos y síntomas, además del dolor, malestares como la dificultad respiratoria, el estreñimiento, salpullido y otros para los que existen alternativas de tratamiento.
Falta información entre el personal de salud
Meneses atribuyó la escasa atención de estos problemas a la falta de información entre el personal de salud e incluso en algunos hospitales que deciden mandar a los pacientes a sus casas cuando ya no tienen nada que ofrecerles para controlar o curar la enfermedad inicial como el cáncer
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La prestación de los servicios de salud debe continuar en estos casos y empoderar a la familia para que sepan cómo actuar, advirtió. Es un asunto de calidad de vida. Respecto del cáncer, tercera causa de muerte en el país, comentó que entre 60 y 70 por ciento de los afectados requieren cuidados paliativos, es decir, control del dolor y diversos síntomas.
Entre cinco y siete por ciento de quienes reciben un diagnóstico de cáncer se encuentran en un grado de avance en el que ya no es posible ofrecerles algún tratamiento para controlar el tumor. Ellos deben pasar a la clínica de cuidados paliativos, comentó Meneses.
Recordó que hace algunos años estos pacientes representaban 20 por ciento del total y eran hospitalizados; se les daba alguna terapia de quimioterapia y a los pocos días o semanas fallecían. Además del desgaste físico que implica el medicamento, representaba un gasto innecesario para las familias.
Actualmente, con el avance de la investigación científica, el desarrollo de fármacos innovadores capaces de prolongar la esperanza de vida de los enfermos de cáncer y la posibilidad que da la tecnología para obtener diagnósticos tempranos y puntuales sobre las neoplasias, el porcentaje de los enfermos en fase terminal es de 5 a 7 por ciento.
Sin embargo, todavía hay algunas neoplasias, como las de colon y recto, en las que 20 por ciento de los afectados llegan a los servicios médicos de especialidad en fase terminal y les quedan unas semanas de vida.
Respecto de los medicamentos disponibles, señaló que la morfina y otros opioides siempre han existido en el país, pero hay temor de los médicos a la prescripción. Los cambios de 2013 a la Ley General de Salud y las disposiciones recientes para ampliar el acceso de los enfermos a los cuidados paliativos permitirán revertir esta situación, explicó.
Al respecto, Celina Castañeda, también especialista en cuidados paliativos y medicina del dolor, subrayó que las modificaciones legales y normativas deben beneficiar a otras personas, además de los enfermos de cáncer, como los adultos mayores que a causa de la edad desarrollan males crónicos como artritis, artrosis (desgaste de la rodilla), Parkinson, entre otros, que son causantes de dolor. También tienen este problema los individuos que se sometieron a una cirugía de columna y como secuela les queda un dolor constante.
Explicó que hasta ahora la prescripción de los opioides es baja en el país, porque sólo lo hacen especialistas en cuidados paliativos, algólogos o anestesiólogos, alrededor de 300 a escala nacional. Con los cambios al marco jurídico se busca, dijo, incentivar a que desde el médico general, internista, cirujanos, ortopedistas y reumatólogos emitan recetas para el control del dolor.
Comentó que el Seguro Popular ya inició un proceso de capacitación para los profesionales de la salud en los estados sobre las alternativas para el manejo del problema y sobre todo en el uso de opioides, disponibles en el Catálogo Universal de Servicios de Salud (Causes).