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Hasta el 11 de enero permanecerá en el recinto la muestra Angelología: utopía y ángeles

Seres alados pueblan San Ildefonso

La exposición alberga en cuatro salas 41 piezas, entre instalación, pintura, arte objeto y maquetas realizadas entre 1994 y 2010 por los ucranianos Ilya y Emilia Kabakov

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Recibe y sorprende al visitante la primera pieza, El ángel caído (2002). De la muestra destacan las cuatro instalaciones Cómo cambiarse a uno mismo, Cómo encontrarse con un ángel, La prueba del destino y El cobertizo de mi abueloFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de diciembre de 2014, p. 2

Un ángel gigante cubierto por una tela, casi como en una mesa de vivisección o en una escena del crimen, da la bienvenida a la exposición de Angelología: utopía y ángeles, de Ilya (1933) y Emilia Kabakov (1945), que se exhibe en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Ese personaje volador ha poblado la historia cultural del mundo y tiene una larga data de significados. En este ámbito, los artistas reflexionan con esta figura sobre temas desde el ser social y el sistema político hasta la creatividad y la aspiración humana natural a mejorar.

Sorprende al visitante la primera pieza, El ángel caído (2002), que recuerda al cuento El general derribó a un ángel (The general zapped an angel, 1970), del escritor estadunidense Howard Fast, que aborda a un ser alado yacente en un campo de batalla. O a un Ícaro caído con inútiles alas de cera. Podría ser también la paradoja de una vencida Victoria de Samotracia.

Así en el patio de San Ildefonso reposa la instalación de los artistas ucranianos, con un ser de quien sólo se miran los pies. El resto de su anatomía se halla debajo de una burda tela azul. De las alas de plumas blancas, una toca el piso y la otra, enhiesta dirige, al cielo la punta. El conjunto está circundado por una cinta amarilla.

La exposición, curada por José Manuel Springer, alberga en cuatro salas 41 piezas, entre instalación, pintura, arte objeto y maquetas realizadas entre 1994 y 2010; entre ellas, destacan las cuatro instalaciones Cómo cambiarse a uno mismo, Cómo encontrarse con un ángel, La prueba del destino y El cobertizo de mi abuelo.

La primera sala exhibe litografías realizadas alrededor del proyecto Cómo encontrarse con un ángel, en los que se mira a un hombre en una precaria escalera mientras descienden los ángeles a su encuentro. Más allá, las alas pendientes de un muro invitan al espectador a ponérselas en la espalda. Hay también la serie de bocetos para la instalación referida e instrucciones para cambiarse a uno mismo.

Al centro de este espacio, tres cuadros permiten mirar su reverso en un juego de varias dimensiones, en los que se ocupa la espalda de los lienzos para soportar pequeñas alas blancas en una suerte de intervención del artista a su propia obra.

Contacto con el ser

La siguiente sala ofrece 10 piezas, bocetos, de la instalación El ángel caído. Y la tercera, materiales sobre Cómo encontrarse con un ángel, en las que la apuesta se corresponde con el ideal de conseguir ese contacto con el ser alado. Tomar un curso de acción aunque parezca endeble y riesgoso; lo importante es intentarlo. La redención del ser humano está en su capacidad para creer y actuar, se lee en el texto de sala.

Se hallan también una muestra de series de dibujos con el título de Arkchipov, centrada en representaciones teatrales y exposiciones en las que se rescatan las “posturas del homo sovieticus respecto de la utopía del Estado”; además, algunas ilustraciones de ventanas como un lienzo artístico y reflexivo en torno a la realidad.

El siguiente apartado conjunta piezas como un cobertizo y Ángel sobre la ciudad; éste es una paradoja: una pequeña población sobrevolada por un ser alado, que se halla pendiente de un gigantesco banco. Asimismo, la serie Fuentes, donde un hombre consigue unas alas de agua como una crítica a la falta del líquido en las viviendas.

Un poco más allá se puede entrar a la instalación Cómo cambiarse a uno mismo. Un cuarto de una frugalidad evidente. Algunos libros, hojas blancas, plumas y lápices; una cama, mesa y sillas, en el respaldo de una de ellas están pende un saco y un par de alas.

Al final, una pieza más que permite atisbar en lo sagrado a través de unos binoculares que miran a una habitación ignota donde aún se puede mirar la comunicación entre un ángel y un ser humano.

La exposición Ilya y Emilia Kabakov, Angelología: utopía y ángeles, que se exhibe en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, localizado en Justo Sierra 16, Centro Histórico, estará hasta el 11 de enero. El primero de enero el recinto permanecerá cerrado.