Lunes 22 de diciembre de 2014, p. 29
La hotelería de Acapulco se desplomó a 27 habitaciones ocupadas por cada 100 disponibles durante la segunda semana de diciembre, prácticamente tres veces menos que la tasa promedio registrada en otros destinos turísticos del país, como Cancún, informó ayer el Sistema Nacional de Información Estadística del Sector Turismo, DataTur, de la secretaría federal del ramo (Sectur).
En un reporte detalló que la ocupación hotelera en el puerto guerrerense fue de 26.53 por ciento en la semana del 8 al 14 de diciembre pasado. En la primera semana del mes, ese porcentaje fue de 28.6 para todas las cinco categorías de los hoteles asentados en Acapulco.
En contraste, la ocupación en Cancún fue de 68.9 por ciento en la segunda semana del mes y de 72.3 en los primeros días de diciembre, según estadísticas de DataTur.
El desplome ocurre más de dos meses después de la desaparición forzada de los normalistas en Iguala, Guerrero, y en medio de manifestaciones y protestas en reclamo de la aparición con vida de los jóvenes.
El turismo en otros destinos
Según DataTur, la ocupación hotelera en Ixtapa-Zihuatanejo fue de 40.2 y 60.4 por ciento en la primera quincena de este mes, mientras en el corredor de Los Cabos las tasas fueron de 73.5 y 38.2 por ciento en el lapso señalado.
Cozumel reportó una índice de 51.6 por ciento de ocupación en la segunda semana de diciembre y Playa del Carmen de 73.4, afirman reportes del organismo.
En Acapulco, la Secretaría de Fomento Turístico informó que los tres destinos turísticos más importantes de la entidad registraron una ocupación hotelera de 65 por ciento en promedio. Detalló que en Acapulco, este domingo, fue de 64 por ciento, en Ixtapa-Zihuatanejo de 67 y en Taxco de 65.
El jueves 11 de diciembre, el Banco de México informó que las marchas y bloqueos derivados de los conflictos sociales en Guerrero afectaron negativamente la actividad turística en ese estado, principalmente en Acapulco, hacia finales del tercer trimestre. Esa situación se mantuvo en octubre.
En general, señala el estudio, los empresarios de las diferentes regiones del país ubicaron como el mayor riesgo para el crecimiento de la actividad económica que ocurra un deterioro adicional en la percepción sobre la seguridad pública en el país, que afecte la actividad donde desarrollan sus negocios, seguido por la debilidad de la economía mundial y la volatilidad en los mercados financieros internacionales.