a caída del precio mundial del petróleo tiene pros y contras. Para México contras. Disminuyen drásticamente los ingresos petroleros gubernamentales. Por un dólar menos en nuestra mezcla –producción de 2.4 millones de barriles al día– descienden 876 millones de dólares. Sólo por exportaciones de crudo bajan 400 millones, con un volumen de 1.1 millones de barriles diarios. Los 476 millones restantes provienen de la venta interna a refinerías. Cuenta similar a las anteriores puede hacer para los ingresos no tributarios del gobierno. Datos oficiales a octubre permiten estimar descenso en derechos de hidrocarburos (DHC) de 15 por ciento respecto de 2013. De 68 mil a 58 mil millones de dólares. Podemos estimar DHC de 35 mil millones para 2015, la mitad de 2012. Y apenas a 45 por ciento de nuestro máximo en dólares de 80 mil millones de dólares de 2008, en el más importante ingreso gubernamental.
¿Y las coberturas? Veamos el caso de 2015. Con un costo de 773 millones de dólares y resultado de 43 operaciones en los mercados internacionales de derivados –informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el boletín 097/2014 del 13 de noviembre pasado– se garantiza el precio presupuestal de 79 dólares por barril. Pero solamente para 35 por ciento de la producción estimada, 229 millones de barriles. Entonces, serán cubiertos
625 mil barriles al día de un total de 2.4 millones. Por tanto, si suponemos –conservadoramente– que el precio de nuestra mezcla puede ser de 64 dólares por barril en 2015 (en 2014 registrará un promedio cercano a 88 dólares y hay pronósticos para 2015 hasta de 50 dólares), el monto cubierto representa garantizar –para toda la producción– cuatro dólares por barril. Un monto próximo a 3 mil 500 millones de dólares, 2 mil 727 millones netos, una vez descontado el pago de la cobertura. O sea…Claro que puede haber múltiples juegos de números
. Con producción, exportaciones, precios y, sin duda, tipo de cambio. El diablo está en los detalles
. No son despreciables las coberturas. Pero… Sin embargo, el panorama de inversión y gasto públicos no se ve tan nítido como publicita la propaganda
oficial. Y, evidentemente, con este panorama no resulta evidente el éxito de la ronda uno, hoy reconocida internacionalmente como oferta de un esquema de producción compartida
(Oil and Gas Jornal, online, Nov. 10, 2014).
Menos evidente aún resulta la previsión gubernamental de crecimientos sostenidos del PIB del orden de 5 por ciento. Finalmente, nos enfrentamos al delicadísimo asunto de la tributación. Mientras México siga con tasas de tributación tan bajas respecto a su PIB (nunca más del 11 por ciento), seguirá siendo incierto –por paradójico que parezca– el crecimiento alto y sostenido. Y no es precisamente con incrementos al ISR de los asalariados y al IVA que se resuelve el asunto. Especialistas en fiscalidad lo muestran.
Pues bien, este efecto petróleo señalado brevemente para nuestro país, puede ser más severo para otros productores. Sin duda Ecuador y Venezuela. Pero no sólo. También Argelia, Nigeria y algunos pequeños productores árabes. Más afectados que los que tienen importantes fondos soberanos petroleros. Por ejemplo, Noruega (893 mil millones de dólares), Abu Dhabi (773 mil millones), Arabia Saudita (757 mil), Kuwait (548 mil)…. Ah…lo olvidaba… México tiene registrados en el Instituto de los Fondos Soberanos 5 mil millones de dólares (www.swfinstitute.org). Sí, leyó bien. Sólo 5 mil. Ahora bien, hay países con beneficios por la baja de precios del crudo. Los grandes consumidores. Estados Unidos, sin duda. Aunque ahora –convertido en potencia petrolera por el shale– experimenta efectos favorables y desfavorables. En términos de su producción o de su consumo de crudo, cada dólar que baja el precio de su canasta de producción o de importación, representa 7 mil millones de dólares menos en su factura petrolera. Por el lado del consumo, en 2014 su factura será del orden de 624 mil millones de dólares, casi 4 por ciento de su producto bruto. Si los precios registraran esa baja de hasta 23 dólares en promedio anual en 2015 –con un consumo ligeramente superior al de 2014– la factura petrolera vecina bajaría un punto del producto de 2015, es decir, cerca de 180 mil millones de dólares. Una regla de dedo, como dicen algunos especialistas, sería la siguiente. Dado un nivel de consumo diario del orden de los 19.2 millones de barriles y un producto bruto de17 a 18 mil millones de dólares, un punto porcentual de este producto –170 mil a 180 mil millones– representaría una baja de 25 dólares por barril. Recordemos, las estimaciones de descenso para 2015 son de ese orden.
Allá, por cierto, las bajas representan descenso de precios de petrolíferos, entre ellos gasolinas. Entre junio y octubre los precios mensuales al consumidor de las gasolinas bajaron 14 por ciento. De junio a octubre el mensual spot bajó 25 por ciento. A diciembre acumula 48 por ciento de baja. Algo similar ocurre en la factura petrolera mundial. En 2014 casi será de 4 por ciento del producto mundial. Se aligerará
en 2015. Por ello, sólo considerando este efecto, el crecimiento económico podría ser mayor que con precios más altos. Bueno…El viernes los precios dejaron de caer. Se recuperaron un poquito. Es pronto para concluir que ya no caerán. El debate sobre el piso
sigue. Incorporo un aspecto muy importante para el México volcado al gas natural
que otros producen. Efecto de la baja de precio del crudo en el precio del gas, dado que mucho gas se produce asociado al petróleo, como la importante cuenca de shale de Bakken (Canadá, Dakota del Norte y Montana). Será conveniente abordarlo pronto. Sin duda.
NB. Sólo imaginar una Navidad sin uno de mis hijos, me hace llorar. Abrazo a los normalistas de Ayotzinapa dondequiera que estén. A sus madres. A sus padres. Amén.