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Hipólito Mora había señalado presuntos nexos de El Americano con grupos criminales

La rivalidad entre los líderes fue advertida, pero no se hizo nada

El comisionado Castillo anunció como éxito la reconciliación entre los líderes de autodefensas

En marzo pasado, Luis Antonio Torres cercó el cuartel de su contrario para que fuera capturado

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El líder de autodefensas de Michoacán Hipólito Mora vigila con sus hombres la entrada a la comunidad de La Ruana, un día después del enfrentamiento con un grupo antagónicoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de diciembre de 2014, p. 13

Desde febrero de 2013, cuando surgieron los grupos de autodefensa en Michoacán con la finalidad de detener los abusos de Los caballeros templarios, particularmente en la comunidad de La Ruana, del municipio de Buenavista Tomatlán, surgieron dos líderes de grupo; uno de ellos, Hipólito Mora, un destacado productor de limones; el otro, Luis Antonio Torres, El Americano, un hombre que durante muchos años vivió en Estados Unidos.

Desde el inicio de la actividad de las autodefensas Hipólito Mora señaló que El Americano tenía presuntos nexos con grupos criminales y pidió a las autoridades que desarmaran a su grupo, pero no fue así: le permitieron formar parte de las fuerzas rurales, que oficialmente nacieron el pasado mes de mayo, cuando supuestamente también se habían reconciliado los dos dirigentes.

El martes pasado se suscitó un enfrentamiento entre ambos grupos que dejó un saldo de 11 muertos. Hipólito Mora culpó a El Americano de haber causado la confrontación y que en ella falleciera su hijo, Manuel Mora.

Las autodefensas surgieron en 2013, casi tres años después del grupo de Los caballeros templarios, nacido en 2010 de una escisión de La familia michoacana, organización criminal que se creó en 2006 con integrantes de los cárteles del Golfo y Los Zetas, disgustados con sus líderes, que buscaban evitar la entrega de cuotas por la producción y tráfico de enervantes.

Los narcotraficantes michoacanos, cansados de las extorsiones de Los Zetas y golfos, se organizaron y dieron vida a La familia michoacana, grupo criminal que basaba en el culto religioso –en el cual sus líderes eran los adoctrinadores– y así crearon una base social que presuntamente buscaba terminar con los delincuentes ajenos a Michoacán y dar seguridad a los oriundos.

Sin embargo, los liderazgos se convirtieron poco a poco en lo mismo que decían combatir y en diciembre de 2009 la mayor parte de los líderes encontraron el momento preciso para abandonar a José de Jesús El Chango Méndez Vargas, y surgieron Los caballeros templarios, organización dedicada al tráfico y producción de estupefacientes, robo de minerales, extorsiones y secuestros.

Esa situación generó que algunos ciudadanos, como Hipólito Mora, José Manuel Mireles y El Americano, se armaran, enfrentaran a los criminales y los sacaran de sus comunidades; así nacieron los grupos de autodefensa en la llamada Tierra Caliente de Michoacán.

El 28 de enero de este año, cuando el gobierno federal ya había designado a Alfredo Castillo comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Hipólito Mora fue entrevistado por Arturo Cano, reportero de La Jornada; este es un fragmento de aquel texto:

Con una sonrisa de oreja a oreja, y en medio de apapachos a granel, el productor de limón Hipólito Mora, primero en levantarse en armas contra Los caballeros templarios, celebra el acuerdo.

–¿No que no iban a ser policías? –se le dice.

–Yo desde el principio dije que sí.

–¿Por qué aceptar? ¿Por qué un acuerdo en estos términos?

–Porque entre nosotros hay problemas. Es una manera de empezar a filtrar –dice sin dar más detalles.

Poco después, ya en el acto con las altas autoridades, el comandante de Buenavista conocido como El Cinco, habla brevemente para sugerir a todos, gobierno y autodefensas, ‘‘vigilar a los mandos’’.

Asoman la cabeza los conflictos intercomunitarios, se diría.

–¿Y el desarme?

–No, de eso nada –remata el limonero Hipólito.

Cuatro meses después, Castillo Cervantes anunció la reconciliación entre Hipólito Mora y El Americano, respectivamente fundador y actual líder de las autodefensas en la tenencia de Felipe Carrillo Puerto, conocida como La Ruana.

El comisionado escribió en su cuenta de Twitter: la reconciliación entre integrantes de las comunidades que hacen frente a la delincuencia es clave para lograr que este proceso sea exitoso, escribió Castillo y compartió una foto con Mora y El Americano.

Eso fue cinco días después de que Hipólito Mora fue liberado tras pasar dos meses y días en prisión al haber sido acusado sin pruebas de dos homicidios.

En marzo de este año, El Americano y su grupo cercaron el cuartel de Mora y permitieron que las fuerzas federales capturarán al líder productor. Antonio Torres se hizo el liderazgo de las autodefensas de La Ruana.

Tras su salida de prisión Hipólito Mora se reincorporó a las autodefensas que luego se convirtieron en fuerzas rurales. El Americano ya había sido designado comandante de un grupo. El agricultor había hecho un llamado para que desarmaran al grupo de Antonio Torres, pues siempre ha considerado que forma parte de algún grupo criminal.