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Los Rayados fabricaron algunas oportunidades, pero la zaga local estuvo atenta

El América confirmó su pase y disputará el título con Tigres

Aprovechó el 3-0 conseguido en el partido de ida

Aficionados corearon “Turco, Turco”, en apoyo a Mohamed

El técnico criticó al equipo de Tuca Ferretti por clasificar sin ganar

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El delantero Oribe Peralta (24) no anotó, pero puso en apuros a la defensa del MonterreyFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de diciembre de 2014, p. 2

América y Monterrey se sumaron a la jornada de ayuno en la liguilla, sin goles, sin explosión en las tribunas, luego de empatar 0-0, pero el global de 3-0 ubicó a las Águilas en la final del torneo, cuyo título disputará frente a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

Con la mesa puesta para la fiesta, así salió el América a la cancha del estadio Azteca, donde muy temprano más de 50 mil seguidores comenzaron a cantar su frase de batalla: Vaaaamos, vamos Améeerica, esta noche tenemos que ganaaar. La suerte estaba echada y el equipo de casa se concretó a sobrellevar el partido.

Los Rayados esgrimieron el amor propio y generaron la primera oportunidad, cuando Cándido Ramírez realizó un tiro cruzado en el área chica de los amarillos, donde el defensa Osmar Mares estuvo atento para rechazar en la línea de gol.

Efraín Velarde, quien tuvo culpa en dos goles que el América marcó en el encuentro de ida, anduvo luchón, con ganas de lavar su nombre, pero por eso mismo fue impulsivo y al minuto 19 recibió cartón preventivo.

Las Águilas atacaron con más coherencia, elaboraron bien sus jugadas y por el sector izquierdo Miguel Layún comenzó a abastecer a Oribe Peralta; además, al minuto 26 Luis Gabriel Rey remitió un trallazo que hizo volar a la derecha al portero Jonathan Orozco.

Carlos Barra, estratega visitante, vivió a tope el partido sin hacer caso a los rumores que lo ubican casi fuera del timón. Quiso dar una despedida digna al chileno Humberto Suazo y le cedió el gafete de capitán, pero la medida no fue suficiente para levantar el ánimo al alicaído Chupete.

Moisés Muñoz, sin perder de vista la importante ventaja lograda el jueves en el estadio Tecnológico, recibió cartón amarillo, al minuto 28, por consumir tiempo. Al 32, Osvaldo Martínez cobró un tiro indirecto que conectó Rey con sólido cabezazo que anidó en las redes; sin embargo, el silbante Roberto García Orozco lo anuló por posición adelantada.

El todavía técnico de las Águilas, Antonio Mohamed, saltó de su banca como impulsado por resortes cuando Darvin Chávez embistió a Peralta en el área al minuto 38. El graderío entero reclamó también penal, pero el juez central no lo concedió y recibió insultos y rechiflas.

Ya para el minuto 40 el desánimo invadía las filas de los Rayados. Barra mandó calentar a la gente de su banca sin conseguir más reacción de los suyos que un par de quiebres del Chupete, cuyo tiro infame fue directo a las manos del portero Muñoz. El delantero Dorlan Pabón también se mantuvo en la aridez total.

Festejo anticipado

El grito de ¡Águilas, Águilas! despidió a los amarillos rumbo al vestidor, y tras la reanudación, la barra Monumental continuó con los festejos anticipados, encendió lucecitas de colores, agitó playeras y reanudó cánticos.

Barra mandó al campo a Omar Arellano en lugar de Neri Cardozo (46), luego Lucas Silva entró por Severo Meza (57), pero el talento de los norteños siguió apagado.

Pizarra en mano, el timonel hacía consultas con su auxiliar José Treviño sin poder resolver nada; por último sacó a Velarde y metió a Luis Madrigal (68).

El América, que vive una tormenta interna tras el castigo a Paul Aguilar y el despido anticipado de Mohamed, no tuvo ánimo suficiente para buscar más goles, se conformó con los cosechados en el juego de ida y atacó sin mucha convicción.

Mohamed hizo cambios más bien para dosificar a su equipo, con la mente puesta ya en Tigres. Después del minuto 70 ingresó a Juan Carlos Valenzuela, Michael Arroyo y Moisés Velasco, en sustitución de Osvaldo Martínez, Oribe Peralta y Luis Mendoza, respectivamente.

Al 77 de acción, dos minutos antes de salir, Quick Mendoza intentó marear al portero Orozco, pero éste no perdió de vista la pelota y con la mano derecha logró desarmar al atacante.

En los últimos minutos las barras locales estallaron con el grito de “Turco, Turco”; el técnico, tras el pitazo final, se encaminó al vestidor y los saludó con el brazo en alto. La respuesta fue un encendido: Oee, oee.

En la rueda de prensa, Mohamed anticipó que no hablará más de mi situación ni de Paul Aguilar; tampoco sobre mi continuidad. Se han dicho cosas que no son verdad. Primero que nada estoy muy contento por llegar a la final, hemos pasado un montón de situaciones adversas, momentos lindos, estoy agradecido con mis jugadores, con los directivos por confiar en mí. Estoy feliz, ¡no es fácil llegar a la final y menos en este club!, dijo.

Con la perspectiva del choque por el título ante Tuca Ferretti, comentó que irá contra “el técnico más prestigioso del país, 20 años dirigiendo ininterrumpidamente, pero ya me tocó con (Enrique) Meza, ahora con el Tuca, sólo queda hacer que la juventud supere a la experiencia”. Además, criticó a la UANL porque llegó a la final sin ganar un juego.

Reconoció que he cometido errores, aprendido mucho, seguramente me he equivocado. Al principio el camino fue una línea recta, luego hubo muchas curvas; las decisiones malas son para aprender y si me equivoqué fue sin mala intención, sostuvo.

Enfatizó que ahora lo más importante es conseguir el cetro número 12, se declaró emocionado por el apoyo de las porras y remarcó: Esta semana voy a poner toda la energía en el club, pase lo que pase, estoy contento en este lugar, no puedo prometer que vamos a ser campeones, pero dejaremos todo, estamos unidos, siento el respaldo de la directiva y quiero ganar.

Por su parte, Barra dijo que se va con la cara en alto y quedó a la espera de la decisión que adopte la directiva sobre su posible continuidad.

Sabíamos que era un marcador muy difícil, pero veníamos con la confianza de intentar anotar lo más rápido posible y que eso nos abriera el camino a igualar, no nos alcanzó, reconoció.