En el recital homenaje por sus 70 años, Nyman dedica pieza a los estudiantes desaparecidos
En el máximo recinto cultural del país, el público contó del uno al 43 y exigió justicia
Miércoles 3 de diciembre de 2014, p. 6
El recuerdo de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala cimbró de nueva cuenta el Palacio de Bellas Artes. Ahora fueron evocados por el compositor y pianista británico Michael Nyman, quien se convirtió en el primer artista extranjero en aludir de forma pública a ese hecho en el máximo recinto cultural del país.
El también musicólogo y crítico aprovechó el concierto homenaje que por sus 70 años de vida le organizó el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para, fuera de programa, en la parte final, tocar una pieza al piano en recuerdo de esos jóvenes guerrerenses, al tiempo que en una pantalla instalada en la parte posterior del escenario se proyectaban las fotografías de los 43.
El público que llenó tres cuartas partes de la Sala Principal de Bellas Artes ovacionó de forma prolongada ese gesto y en voz alta, en coro, contó del uno al 43 y exigió justicia.
Entre los presentes estaban Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y Ricardo Calderón, director del Centro Nacional de las Artes.
Apenas el pasado viernes, los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional, en concierto ofrecido en ese escenario, portaron el número 43 en su vestimenta o en los instrumentos, así como una manta en solidaridad con los familiares de los normalistas.
El concierto homenaje a Nyman marcó el comienzo del segundo Festival Luces de Invierno, organizado por el Conaculta.
En la velada, la Orquesta Carlos Chávez, dirigida por Guillermo Salvador, realizó el estreno mundial de una obra del autor británico: su segunda sinfonía, Distinto amanecer, e interpretó su concierto de piano, con Dimitri Dudin como solista.
La primera pieza, de unos 30 minutos, fue acompañada por un collage hecho con 500 fragmentos de 85 películas mexicanas de diferentes épocas resguardadas en la Cineteca Nacional, selección realizada por Mauricio Maillé.
Se observaron imágenes de ¡Que viva México!, de Serguei Eisenstein (1930), Allá en el rancho grande, de Fernando de Fuentes (1936), de Santo contra las mujeres vampiro, de Alfonso Corona Blake (1962) y de La ley de Herodes, de Luis Estrada (1999).