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Se abre la vía para que autoridades reglamenten esas actividades por Internet

Diputados aprueban hoy la nueva Ley Federal de Juegos con Apuestas y Sorteos

El valor de esa industria en el país es de al menos 55 mil millones de pesos al año

 
Periódico La Jornada
Martes 2 de diciembre de 2014, p. 13

Después de casi 70 años, este martes los diputados aprobarán la nueva Ley Federal de Juegos con Apuestas y Sorteos, con base en la cual se autorizará el juego en vivo y se abre también la vía para reglamentar las apuestas que se realizan por Internet.

La realidad actual nos da dos opciones. O regulamos el juego con apuestas o esta actividad nos rebasa. Y a mí no me van a rebasar, comenta a La Jornada Marcela González Salas, directora general de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación (SG), dependencia que afianzará, con la nueva norma, el control del sector.

El valor de la llamada industria del juego en México se calcula en por lo menos 55 mil millones de pesos al año (.7 por ciento del producto interno bruto).

La SG señala que entre 2.5 y 28 millones de personas al año son jugadoras habituales en ese mercado, el cual entrega al erario 22 mil millones de pesos, entre participaciones (un porcentaje por cada partida) e impuestos. Esta industria incluye 35 mil empleos directos y 140 mil indirectos.

Durante este sexenio, las autoridades afirman que han combatido el juego ilegal y el blanqueo de capitales.

“Se han encontrado personas dedicadas al lavado de dinero y fueron retirados varios establecimientos del mercado. Otros, por ejemplo uno de Cuautla, Morelos, el Sparks’, se sabía que estaban vinculados con el crimen organizado nacional e internacional. Hoy día sabemos quiénes son los dueños de los casinos. El juego ilegal prácticamente está controlado”, afirmó González Salas.

Una organización civil, Di no a los Casinos, asegura que actualmente un jugador podría lavar hasta 8 millones de pesos al año sin que nadie le pregunte ni su nombre. En tanto, la SG –y los diputados que participaron en la elaboración del proyecto de la ley mencionado– afirman que se reforzarán los candados para detectar ese blanqueo.

La ley federal contra ese delito es muy severa, afirma la funcionaria. “Hoy por hoy, si alguien juega, gana o pierde más de 30 mil pesos, el casino está obligado a reportar la operación. Además, en el reglamento y próximos lineamientos del juego en vivo los permisionarios deberán videograbar todas las actividades. Estará prohibido el juego con dinero en efectivo y Gobernación construirá un ‘control central de apuestas’”.

Respecto de los permisionarios admitidos por la SG, se han dado de baja los negocios de cuatro de ellos que tenían, en conjunto, 77 casinos. Dos de los revocados (Megasport y Entretenimiento de México) eran los de mayor capacidad de expansión.

A nivel general, hoy día operan alrededor de 300 casinos en todo el país y cada año se registran 150 mil peleas de gallos y 8 mil carreras de caballos.

En la mira están al menos otro par de permisionarios y la cadena de más de 150 mil máquinas tragamonedas, operadas estas últimas en pequeños negocios de barrio en todo el país.

Al menos por su enfrentamiento con los casineros, el área, a cargo de González Salas, ha recibido amenazas, afirma. Por tanto, le fue asignada –apenas hace algunas semanas– una custodia personal de agentes especializados.

La ley vigente tiene origen en 1947. La premisa de los funcionarios federales involucrados, así como de los diputados de la comisión especial de casinos, es que ante la imposibilidad de prohibir el juego con apuestas se debe controlar al máximo.

A los casinos y establecimientos similares sólo se permitirá la entrada a mayores de 21 años. González pondera al respecto: “El derecho humano a que un adulto haga lo que mejor le plazca en su tiempo de ocio y, en este caso, con el juego responsable.

El hombre es apostador desde que está en la faz de la tierra. Si el juego está controlado, no es sinónimo de violencia.

El objetivo –advierte– es atajar los hoyos negros del marco legal y, al mismo tiempo, reglamentar lo que ya ocurre de manera clandestina, como las apuestas en vivo.

Al respecto, pone de ejemplo lo que hasta hace algunos años ocurría en la Feria de Aguascalientes:

“El patronato de la feria solicitaba el permiso para poner un casino y peleas de gallos; la petición se guardaba en el cajón. En tanto, se hacía la gran celebración, iba el gobernador, algunas veces el Presidente de la República. Todos felices. El casino, a reventar las 24 horas del día, con todos los juegos de mesa posibles.

“Terminaba la feria, y a mediados de mayo mandaban de Gobernación una carta de negación del permiso para instalar un casino en la feria. Había esa doble moral. Era algo como ‘eso está prohibido, pero hazlo’, y ese es, justo, el problema de este país. Por eso estamos dispuestos a seguir depurando el sector”, señaló.