Jackie Nava volvió de 34 años a los cuadriláteros, más fuerte que nunca, y reclamó el lugar que dejó vacante un par de años para ser madre por primera vez. En un lapso de tres meses ganó el campeonato supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo y lo unificó con el del Consejo Mundial de Boxeo. Para convertirse en campeona de dos organismos tuvo que sobreponerse a una de las peleadoras más respetadas del momento, la jamaiquina Alicia Ashley, quien a los 47 años ya es abuela.

Para cerrar el año quiso enfrentar a una boxeadora de fama, pero las negociaciones no se concretaron, por lo que este sábado expondrá por segunda vez sus títulos ante la panameña Sayda Mosquera, a quien le lleva 10 años de diferencia. Sin embargo, ella no se inquieta por eso.

Creo que en el deporte femenil la edad no es tan decisiva como con los hombres, dice Jackie. Tal vez un joven veinteañero tenga más energía que uno de 30, pero yo hoy me siento mejor boxeadora que cuando estaba en mis veintes. El recuerdo de la contienda que sostuvo con la veterana Ashley parece darle la razón.

Aunque no consiguió a la rival que buscaba, la panameña le servirá para mantenerse activa y aprovechar el tiempo que le queda de carrera. No será una pelea de preparación, asegura, porque sabe que su próxima rival tiene una buena pegada.

A los 34 años, Jackie Nava considera que está en el mejor momento de su carrera boxísticaFoto Jam Media

La contrincante que esperaba para cerrar el año pudo ser Mariana Barbie Juárez. No como reto deportivo, explica la tijuanense, pero hubiera sido una cartelera con una buena paga.

Yo no la veía como rival, no se me hacía una pelea muy justa porque ella está en supermosca, mientras yo lo hago en supergallo, dice Nava, sin eludir que Juárez tiene una trayectoria reconocida en el boxeo femenil. Ella es conocida en la ciudad de México y yo acá arriba (en el norte del país); eso nos permitiría ganar una buena bolsa económica.

Mientras se hacen planes para 2015, Jackie no piensa quedarse quieta, porque no sabe aún por cuánto tiempo más seguirá en el boxeo. No quiere que su pequeña hija Frida la vea en activo en este deporte violento.

Lo único que no piensa repetir es esa necedad de los boxeadores veteranos que se resisten a bajarse del cuadrilátero aun cuando las facultades se les han agotado. Espero ser consciente de cuándo deba dejar esto, irme tranquila, dice Nava, convencida de que está en su mejor momento como boxeadora.