América no creyó en supersticiones y como superlíder, con una ligera desventaja de inicio, venció 1-0 a Pumas. Fue un global 1-1, pero por su posición en la tabla logró el pase a las semifinales, ayer en el estadio Azteca.

Fue un gol sin mucho lustre, en una tiro de esquina que remató con un frentazo Paolo Goltz al minuto 75, pero de valor incalculable para las aspiraciones de las Águilas.

Los auriazules había vencido a los de Coapa 1-0 en Ciudad Universitaria. Una anotación felina habría matado las aspiraciones americanistas, pero su situación en la tabla los salvó.

Ambos equipos salieron muy revolucionados a pelear por su causa. América con la desventaja del gol se volcó al ataque frenético. Pumas aguantaba y esperaba la oportunidad del contragolpe.

Aún no se cumplía el primer minuto de juego y el choque de ambos equipos lo simbolizó la colisión entre Marco Antonio Palacios y Miguel Layún. Una entrada fuerte y falta gratuita por la que el Pikolín se llevó cartón amarillo.

La primera oportunidad la tuvo el América. Después de un pase impecable de Rubens Sambueza Layún sorprendió a la guardia de Pumas y se coló al área. Darío Verón intentó detenerlo, pero en la disputa fue derribado por el jugador amarillo.

El cuadro de la UNAM parecía cauteloso. Tardó 12 minutos para hacerse presente en el área rival. Eduardo Herrera bajó una pelota con precisión, pero se descubrió solo y sin posibilidades para que creciera la jugada.

Layún volvió a sorprender y desde el ángulo izquierdo mandó un tiro que pasó peligrosamente la línea de gol sin que ningún compañero pudiera empujarla.

Pasada la media hora de juego Dante López desequilibró los contragolpes y se volvió una molestia constante para la defensa del América.

Poco antes del terminar el primer tiempo el paraguayo volvió a hacer sudar a las Águilas, cuando desde la izquierda disparó con efecto para el ángulo derecho, pero Moisés Muñoz rechazó en un vuelo oportuno.

En el complemento, Pumas tuvo la oportunidad más valiosa del juego; Ismael Sosa logró meterse al área, pero una vez dentro todos su movimientos se ralentizaron, retrasó la pelota innecesariamente y Paul Aguilar tuvo tiempo para quitársela.

América se descuidó al 56 y casi le cuesta una anotación. Herrera salió encarrerado y enfiló al área perseguido por la zaga rival; la encaró y disparó, pero Muñoz metió el pecho y salvó su arco.

El duelo cobró entonces niveles de alto voltaje con marejadas ofensivas en ambos lados de la cancha. El contragolpe americanista puso a prueba a Alfredo Saldívar, con un tiro de Aguilar que parecía inofensivo pero que exigió la intervención brillante del arquero felino.

La respuesta fue inmediata y Sosa pisó al área enemiga, pero el tiro que intentó desde la izquierda salió descompuesto.

En un tiro de esquina, al 75, Paolo Goltz asestó un frentazo furioso y potente para marcar el gol que le urgía al América. La ventaja hipotética de Pumas se hizo humo. En adelante todo fue un desesperado intento de hacer lo que no lograron hasta ese momento.

Al término del encuentro, el técnico auriazul, Guillermo Vázquez, fue parco. Hizo un análisis apresurado sobre el partido: Fue una serie muy pareja. Se presentaron situaciones de gol en nuestro favor pero hizo falta anotar.

Recapituló un duelo que se definió en un tiro de esquina: Una oportunidad en una jugada de táctica fija. Y ahí se decidió todo. Me siento orgulloso de mis muchachos.

El delantero Herrera dijo desanimado: Estoy molesto porque tuve oportunidades para finiquitar el partido, pero así es el futbol. Tenemos que hacer una autocrítica en el equipo para reconocer qué fue lo que no hicimos bien en el torneo.

De su lado, un sonriente Antonio Mohamed señaló: Todo lo que dijeron en estos días hoy se desdice porque criticaron de más, hablaron mucho y América hoy está en las semifinales.

Luego comparó el partido con el que perdieron en CU: Hoy fuimos muy ambiciosos, más que el miércoles. Fue más apasionante, jugamos con los dientes apretados. Esta vez fuimos más agresivos, son días, a veces las cosas no salen, pero hoy sí salieron.