Frena a la industria editorial la competencia del Estado, dice José Ignacio Echeverría
Quiere la IP que su papel en la educación del país llegue más allá de la edición
Jueves 27 de noviembre de 2014, p. 7
La Ley de Fomento para la Lectura y el Libro no se ha cumplido, salvo en lo que se refiere al precio único, y sólo a veces, afirmó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), José Ignacio Echeverría.
Durante una conferencia de prensa para anunciar que en el contexto de la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara se realizará un diálogo entre editores y legisladores a propósito de la reformas a esa legislación que impulsa la Comisión de Cultura del Senado, Echeverría dijo que sus agremiados quieren que su papel en la educación y en la cultura del país llegue más allá de la edición de libros
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Explicó que persisten problemas en la industria, no todos relacionados con el hecho de que no se ha cumplido a cabalidad esta ley, por ejemplo, la baja venta de libros. No tenemos un gran público lector, las estadísticas son un poco confusas, porque esa cifra que se maneja de 2.9 libros por mexicano es la de producción, pero no sabemos qué pasa en el fondo
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El presidente de Caniem también mencionó a la competencia del Estado como uno de los contratiempos que frena al sector, se habla siempre de un Estado editor que produce libros que el sector privado no puede producir, porque no son comerciales; sin embargo, si revisamos los catálogos, hay títulos que salen de ese criterio y encajan perfectamente en el rubro comercial
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En cuanto a educación, continuó, “no podemos participar en la producción de libros de texto para el sistema oficial de primarias, pero además hay un descuido de la Cámara de Diputados en cuanto a la asignación de presupuestos. Por todos lados escuchamos el compromiso del Estado para el fomento a la lectura, pero nos preguntamos cómo es posible que en 2002 se gastaran 33 pesos por alumno en el programa de Bibliotecas de Aula, y este año se estén gastando 5.40 pesos. Si los niños y jóvenes no tiene libros qué leer, difícilmente vamos a poder fomentar la lectura.
Si no podemos darle 100 millones de dólares al año a la educación para que los estudiantes tengan dos libros por cabeza anuales, no entiendo la estrategia que estamos siguiendo en cuanto al fomento a la lectura.
La senadora priísta Blanca Alcalá Ruiz, presidenta de la Comisión de Cultura, explicó que las reformas propuestas tienen tres grandes objetivos: poder incluir el concepto del libro electrónico, el poder identificar a las autoridades responsables de hacer cumplir la aplicación del precio único y hacer una ampliación del periodo de aplicación de éste de 18 a 24 meses.
Ricardo Cayuela, director general de publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) dijo que la instancia a su cargo es la custodia
de la ley del libro, “la cual fue muy difícil conseguir y logró un consenso inédito de todos los actores de la cadena del libro; sin embargo, los objetivos que se plantearon no se han logrado.
Pero ha dado frutos: el año pasado fue el mejor año editorial de México en mucho tiempo, con 29 mil ISBN nacionales, pero es una ley que tiene que ajustarse, no proponer una nueva, sino irla modificando.
En su turno, Marcelo Uribe, director de Era, recordó que la ley colombiana del libro ha tenido siete u ocho modificaciones importantes desde su creación (1993), cada una para irse adecuando a la industria, lo cual ha permitido que la actividad se desarrolle ordenadamente. Es una buena señal que el Senado haya vuelto los ojos a nuestra ley y se esté en proceso de darle mayor lógica y un sentido más preciso
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