Un tropiezo inexplicable fue la primera advertencia en el cuerpo de Pablo Ferrara, atleta mexicano acostumbrado a enfrentar retos deportivos que llevan al límite la resistencia física.

Era febrero de 2010, entrenaba para su carrera favorita, el triatlón de Santa Lucía. En plena competencia el pie zurdo volvió a mandar una señal extraña; el dedo gordo se le torció hasta romperse y al salir del agua, cuando quiso montar la bicicleta, no podía encajarlo en el pedal. Parecía un principiante torpe.

Los síntomas crecieron. Calambres que atribuyó a la disminución del ejercicio, la dificultad de mantener sus tiempos normales en los entrenamientos. En el momento más preocupante, el deterioro motriz del pie izquierdo se extendió a toda la pierna, de tal foma que necesitaba ayudarse con las manos para levantarla.

En la víspera de Nochebuena de 2010 recibió al explicación de todas esas señales. Fue diagnóticado con esclerosis lateral amiotrófica, ELA. La misma enfermedad que padece el astrofísico británico Stephen Hawking, quien en la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 aconsejó despegar la vista del suelo y dirigirla más hacia las estrellas.

Ahí empezó la pesadilla, cuenta Yolanda Saro, esposa de Ferrara, una suerte de coequipera en el proceso de deterioro físico de su marido, por el padecimiento que avasalla el cuerpo pero que deja intactas la sensibilidad y la inteligencia de quien la padece.

Esta enfermedad significa una pérdida constante, relata Yolanda, quien además es la intérprete de Pablo, lúcido y con sentido del humor, pero con dificultades para hablar por el propio mal.

Antes de hundirse en la depresión por enfrentar un reto que no pidió, Pablo empezó a escribir reportes en los que daba cuenta del avance de una enfermedad de pronóstico mortal. Primero como correos electrónico para amigos y familiares, para evitarles estar preguntando por su salud, y para reflexionar sobre esta experiencia.

Una amiga dedicada a la enseñanza de literatura le sugirió escribir un libro. Ese es el origen de Voluntad de acero, editado en 2014 por Grijalbo, presentado este martes en el Palacio de Gobierno de la Ciudad de México, en el que utiliza el deporte como un lenguaje de resistencia para contar la vida ante la crisis.

Pablo escribió un compendio de experiencias como relato atemporal en el que se mezclan las experiencia de antes y después del padecimiento, donde el deporte deja de ser una actividad para trascender de manera individual y transformarse en mecanismo de aprendizaje y para entender al otro, dijo Pablo en la presentación.