Mía, Pelusa, Camila
Se extrae grasa, de la cual se obtienen esas unidades que después se inyectan; son pocas las veces en que se aplica de manera directa, explican expertos de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas
Miércoles 26 de noviembre de 2014, p. 2
Mía es una perrita golden que nació con displasia de cadera. Le enfermedad la mantenía postrada sin caminar, con la cadera caída y las patas traseras casi sin movilidad. El dolor era terrible y su tutora, Emma González, vivía un dolor igual de intenso. Sin embargo, hace tres años, la cachorra logró lo imposible: superar ese padecimiento.
Hoy es capaz de correr, ladrar, juguetear y en ocasiones hasta es un tanto peleonera. Es como el alma de Judas
, fue la expresión más espontánea con la que la definió su dueña. La perra se recuperó gracias a la aplicación de células madres.
En el Laboratorio de Especialidades en Ciencias Biológicas (LECB) de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se desarrolla desde hace varios años un tratamiento para animales con estas células, el cual ha tenido gran éxito, pues en 99 por ciento de los casos de pequeñas especies los pacientes han sanado.
Pelusa es otra perra de Emma. Se trata de una pequeña melenuda color sal y pimienta que hace unos años fue atacada por un ejemplar de talla mucho más grande: se le rompió parte del cráneo y las astillas de los huesos le generaron un problema neurológico que le ocasionó la pérdida del movimiento de las patas y problemas de equilibrio.
Pudo ser sacrificada, pero gracias al avance de la investigación en células madres la cachorra de pelo rizado, estilo rastas, se recuperó. A una semana de recibir el tratamiento comenzó a recobrar el movimiento de las patas y el equilibrio. Hoy, al igual que su hermana
Mía, es una juguetona a la que nada la detiene.
Grisel Adriana Pérez y Alejandro Vázquez, integrantes del LECB, informaron que este tratamiento se aplica desde hace algunos años en esta sede del IPN. Recordaron que la iniciativa comenzó en el Hospital de Especialidades de Pequeñas Especies de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el doctor Carlos Santoscoy.
Las células madres tienen efectos benéficos para los animales. La aplicación se hace de la siguiente manera: se les hace una pequeña incisión y se toma parte de la grasa del animal, la cual se manda a nuestro laboratorio para obtener las células madres; después se aplica en el ejemplar de manera intravenosa (al igual que una vacuna); sólo en pocas ocasiones se aplica directamente en el área afectada
, detallaron los especialistas.
Hoy en día, agregaron, las mascotas se han vuelto parte de la familia de muchas personas, al grado de que el término dueño se ha transformado en tutor.
Tal es el caso de Ingrid Fuentes, quien tiene dos chihuahua: Camila y Toby. Ambos tuvieron problemas para saltar e incluso caminar. El más grave era el macho.
Toby presentaba problemas en los discos intervertebrales y una lesión de compresión de la médula espinal por lo que repentinamente dejó de caminar. Los médicos prácticamente lo desahuciaron, incluso las amistades de Ingrid le proponían que lo durmiera. Casi al mismo tiempo Camila tuvo síntomas similares, aunque no dejó de caminar.
Sorprendente resultado
Preocupada, la tutora acudió con la médica veterinaria Jéssica Pelayo, quien ha trabajado en estos tratamientos con el apoyo de los especialistas del IPN. Hace un año la chica decidió que a sus perros se les aplicaran células madres y el resultado fue “sorprendente. A la semana vimos resultados, incluso Toby se levantó. No lo podía creer”, explicó.
Hoy los cuatro cachorros tienen calidad de vida y gracias al tratamiento y cuidado de sus dueños se han recuperado exitosamente.
Los especialistas del IPN recordaron que también tuvieron el caso de un cachorro con graves quemaduras desde la cabeza hasta el rabo. Fue tal la intensidad del accidente que se le podían ver los huesos de la columna. En este caso la aplicación de las células madres fue directa, y al cabo de tres meses el animal comenzó a generar su propia sanación, la piel se regeneró e incluso le volvió a crecer pelo.
Este tratamiento, si bien es costoso, dijeron, pues oscila entre 6 mil 500 y 13 mil 500 pesos, a la larga es mucho más económico que la cirugías y los medicamentos.
Los especialistas del IPN señalaron que las células madres también pueden aplicarse para sanar animales de granja, como vacas y caballos.