Para ayudar a personas con una mano inmóvil a que puedan flexionarla y extenderla, Jesús Manuel Dorador González e Itzel Flores Luna, profesores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrollaron un artefacto que en un año podría concluir pruebas clínicas y buscar una transferencia tecnológica que la lleve al mercado.

Con apoyo de sus alumnos, desarrollaron una ortoprótesis, basada en un arnés y un chicote con el que los pacientes usan el movimiento de sus hombros para abrir y cerrar la mano. Las prótesis sustituyen a los miembros perdidos y las órtesis (muletas, andaderas y sillas de ruedas) auxilian a los enfermos a hacer actividades que se les dificultan. En este caso es una ortoprótesis, pues el sistema externo ayuda a recuperar el movimiento del brazo, extremidad que sí tiene la persona, pero que no puede mover, explicó.

El dispositivo del grupo de diseño de prótesis mecatrónicas fue creado para quienes padecen lesión del plexo braquial, afección irreversible en un conjunto de nervios que van de la parte inferior del cuello a la parte superior del hombro que permiten que el brazo, el antebrazo y la mano se muevan y sientan.

Dorador y sus alumnos han trabajado con una joven que tiene este padecimiento para desarrollar el aparato. Le han realizado más de 15 operaciones y mantiene su brazo como en cabestrillo, para que no le incomode.