l personaje central de la novela La tumba es un adolescente que muchos chavos sesenteros quisimos ser –y que nunca fuimos. Al leerla, pareciera ser también el sueño de quien la escribió, que seguramente deseaba vivir/verse como el protagonista del libro: Gabriel, muchacho adinerado, inteligente y reventado, quien cotorrea chido con féminas liberadas, como Dora, Germaín, tía Bertha, prima Laura y Elsa Elsa; además, se pasea por un universo de jaiboles, whiskys, hoteles de paso, lecturas de Paco Kafka, Chéjov, Nietzsche y Kierkegaard. En algún párrafo aparece una descripción del american way of fuck ambientado con jazz, rock, alcohol y claro, sexo sin descripción; y hasta narra un vueltión en su auto –regalo de papis por terminar la secundaria– con gazné al cuello.

Gabriel es un muchacho que a principio de los lejanísimos, irreconocibles y monorreligiosos años 60 usa un lenguaje que iba de tímido caló –clítorito– a nombres formados por adjetivo/adverbio (don obesodioso), a la par, critica a los existencialistas guadalupanos de aquellos tiempos. Novela, pues, que deviene un libro de adolescentes para mayores de edad, como lo calificó Efraín Huerta cuando fue publicado en 1964.

En su centenar de páginas encontramos palabras juntadas a propósito –senadorrobatealgo–, lugares comunes usados por necesidad –Dora fue mía–, caliche sesentero –estás enviernesanto– e igual se leen frases retadoras usuales en los adolescentes de 1960, año en que se escribió La tumba: Qué miedo tan idiota ante la muerte, es lo único digno de estudiarse en esta vida. 50 años han transcurrido de aquella primera edición y José Agustín Ramírez Gómez (14 de agosto de 1944) sigue siendo el ruco más chavo, según propias palabras, seguido por hordas de jóvenes de todas la edades.

34 aniversario

Con una festiva reunión entre asociados e invitados, se dio por terminada la celebración por los 34 años de vida del Tianguis del Chopo. Después de los brindis y la pachanga, las actividades musicales, culturales y mercantiles continúan en Aldama, entre Luna y Camelia, zona donde se instala El Chopo desde hace casi cinco lustros, después de ser itinerante por casi 10 años.

Los tiempos cambian y hace ocho días en el acceso sur del Tianguis del Chopo, justo donde se encuentra el Corredor Cultural, estuvieron Horacio Reni, vocalista de aquellos Sinners, que grabaron La novia de mi mejor amigo, y Armando Blanco, fundador y dueño del mítico Hip 70. Ahora anuncian que el próximo 29 de este mes, en el mismo espacio, Merced Belén Valdés Cruz presenta En busca del rey carmesí, libro donde Robert Fripp es figura central; le acompañará Abraham Ríos, chopero de abolengo, quien será el presentador. Por lo que toca a este mediodía en Radio Chopo, rocanrolearán Antídoto, La exótica banda Tetafónica, Lola, Hendos y Tohten, de Guanatos y de Colombia, La Rural. Mientras esto sucede, nosotros recordaremos Revolution de Lennon: We all want to change the world/but when you talk about destruction/don’t you know that you can count me out.

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