Como es tradición, la Compañía Nacional de Danza (CND), dirigida por Laura Morelos, revivirá en el Auditorio Nacional la clásica historia en la que un cascanueces de madera es obsequiado a la pequeña Clara, en Nochebuena.

La magia del ballet, inspirado en el cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffman, con sus fantásticos personajes, música de Piotr Ilich Chaikovsky, y coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov, se presentará del 18 al 21 de diciembre en el recinto de Paseo de la Reforma.

El cascanueces, un clásico de las navidades, sorprenderá a todo el público. Será interpretado por 80 bailarines en escena, entre quienes figuran niños y jóvenes de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), así como los cinco primeros bailarines de la CND, Agustina Galizzi, Ana Elisa Mena, Mayuko Nihei, Blanca Ríos y Érick Rodríguez.

La CND, museo viviente

Con motivo de la nueva temporada de ese ballet, Laura Morelos explica que una de las tareas de la compañía es “revivir los clásicos como El cascanueces, El lago de los cisnes y Giselle. Somos una especie de museo viviente; además, la música de Chaikovsky es una maravilla, una belleza que sigue cautivando los corazones y emociona a los bailarines.

“El cascanueces es un éxito en el Auditorio Nacional y es el cierre de año. A los bailarines y a los maestros nos gusta mucho regalar esta fiesta navideña, como es el recuerdo de Nochebuena de una niña que se ilusiona y enamora de su cascanueces.”

La Orquesta del Teatro de Bellas Artes, con la dirección de Juan Carlos Lomónaco, dará vida a la música de Chaikovsky y acompañará el sueño de Clara, la protagonista de la historia, quien ve en el juguete de madera al príncipe que la amará.

Para presentar una propuesta artística y técnicamente bien lograda, la CND se prepara durante un mes con ensayos de seis horas todos los días. De acuerdo con la maestra Tihui Gutiérrez, la parte técnica ya la tienen los bailarines de la compañía, porque a lo largo del año han presentado otros ballets.

“Lo difícil –dice Gutiérrez– es borrar el esfuerzo que se hace técnicamente para que los personajes parezca que flotan, no pesan y pueden brincar, pero de eso se trata nuestra profesión, de que el público no perciba ese esfuerzo físico. Deseamos que las personas disfruten –junto con los intérpretes– de un momento de absoluta ensoñación.”

Mientras conversamos con la maestra Tihui Gutiérrez, el Hada de Azúcar y su príncipe ensayan el Pas de Deux, interpretado por los bailarines Ana Elisa Mena y Argenis Montalvo, quienes repiten varias veces su número, pues el reto es trasladar la magia del cascanueces a la gran audiencia que cada año acude al Auditorio Nacional.

“El cascanueces es una tradición de la compañía y para nosotros es un ballet muy querido, porque cerramos el año con esa obra y cada personaje, aunque lo hemos interpretado en años anteriores, es algo muy nuestro. Por ejemplo, en esta ocasión me toca ensayar el Hada de Azúcar”, explica Mena jubilosa.

Montalvo, quien el año pasado ingresó a la CND como cuerpo de baile y hoy es solista, expresa que es la primera vez que se presentará en el coloso de Reforma, con El cascanueces.

No importa la dificultad técnica que implica este ballet, la música, el escenario y la historia la hacen una obra maravillosa, dice.

Mena sabe que alternará funciones con otras bailarinas, sin embargo, en cada ensayo se esfuerza al máximo. Considera que el Hada de Azúcar es un papel difícil, porque la técnica debe ser muy pulcra, aunado a que el Auditorio Nacional es muy grande y los bailarines deben abarcar todo el escenario.

Las funciones de El cascanueces, con la CND, se presentarán el jueves 18 de diciembre, a las 20 horas; el 19, 20 y 21 de ese mes, serán dobles funciones, a las 17 y 20 horas, en el Auditorio Nacional (Reforma y Campo Marte).