La colombiana Nadia Granados creó un personaje femenino al que llama La Fulminante, que utiliza su cuerpo contra el despotismo, el abuso de poder, el machismo, la torpeza y la discriminación, por medio de performances y actos públicos que irrumpen modificando el ritmo cotidiano. Lo importante es llamar la atención, voltear la mirada hacia ella.

Esta artista visual se presentó el domingo pasado en el teatro-bar El Vicio, con su espectáculo La Fulminante Cabaret… Una mujer erótica en tiempos de los massmedia.

La Fulminante es un personaje inspirado en los estereotipos sociales de la mujer latina sexualmente provocativa, una mujer extraída de las fantasías eróticas construidas por los medios masivos, el reggaetón y la pornografía.

Utiliza su cuerpo, agregó, como arma comunicativa para generar pensamiento crítico frente al terrorismo de Estado y el mal gobierno. “Uso un lenguaje propio, endemoniado, traducido por medio de subtítulos a diferentes idiomas. Me presento principalmente por medio de video, performances, intervenciones en espacio público y cabaret (música, video, performance)”.

Una actriz que habla de política

Es de Bogotá y sobre su creación dice que es una actriz porno que habla de política y temas relacionados con la impunidad, derechos humanos, contra la militarización y el maltrato a las mujeres, entre otros.

Precisó: “Uso mi cuerpo como un recurso crítico. El cuerpo de las mujeres ha sido utilizado para someter su sexualidad e incluso su potencial de ser atractiva. En Colombia enfrentamos mucha violencia de género, pero también hay una gran fuerza femenina. Además, hay violencia política contra la mujer, cuyo cuerpo fue violentado durante la guerra. Es muy aceptada, lamentablemente, la violencia por ser madre, por ser compañera. Eso y la misma violencia en la pareja en lo cotidiano.

“Hay violencia por las desigualdades sociales. Hay una violencia que se glorifica y que tiene que ver con la lucha contra el narco, con el paramilitarismo, los sicarios.”

Sus motivaciones son, sobre todo, artísticas, dijo. “Hace 13 años un familiar fue asesinado por las FARC. La violencia está cercana a mi vida y creo que el arte permite abrir una ventana. No pienso que todo el arte deba girar en torno a lo mismo. Me interesa mostrar cierta ironía frente a esa construcción de la apariencia femenina.

Muchas de nuestras debilidades tienen que ver con la formación que recibimos desde que nacemos. Te ponen un vestido rosa, te peinan de colitas y te dicen que no hagas lo que hacen los hombres, pero somos y seremos iguales si tenemos las mismas oportunidades.

Estudió Artes en la Universidad Nacional de Colombia. Aclaró que La Fulminante no es una vengadora, sino una especie de espectro femenino. “Es una femme fatal, sexy. Para mí es muy importante circular fuera de los ámbitos oficiales, lo cual me ha permitido viajar a muchos países. Manejo un lenguaje universal. Por los muertos y los desaparecidos se da el mismo dolor en todos los lugares. Yo puedo traducir eso.

Muchas veces me desnudo. El porno tiene muchas figuras; es muy organizado. El posporno es otra manera de expresarte con la pornografía. Hay tanto miedo y vergüenza en torno de lo sexual que cabe reflexionar en que hay muchas cosas realmente peores y que son reproducidas y montadas. Cuando se habla de lo sexual siempre hay pánico, como si no existiera en todos. Lo sexual nos da placer, pero salen degollados, muertos y demás, y se ve normal. El pornoterrorismo juega con ese miedo hacia lo sexual. ¿Qué pasa? ¿Te asustaste por mis tetas?