Hasta 2011 en el país se había perdido más de la cuarta parte (28.7 por ciento) de los ecosistemas naturales y el resto tiene diversos grados de conservación, además de que únicamente la mitad de selvas y bosques mantienen su estado original, señala el Quinto informe nacional de México ante el Convenio de Diversidad Biológica (CDB).

México tiene como pendientes para cumplir con las metas de Aichi del CDB hacer más inventarios de biodiversidad, sobre todo de los ecosistemas costeros y marinos, donde hay más rezago, así como elevar el rescate y sistematización del conocimiento tradicional asociado al uso de la biodiversidad.

El documento apunta que la tasa anual de pérdida de ecosistemas ha ido a la baja, ya que mientras entre 1976 y 1993 era en promedio anual de 0.57 por ciento, entre 2007 y 2011 fue de 0.3 por ciento,

Destaca que continúa el cambio de uso de suelo y la alteración de la dinámica costera, en lo cual han incidido el incremento de los asentamientos urbanos y la infraestructura.

Además, el deterioro de manglares no se ha detenido por la destrucción del hábitat, la contaminación y la sobrexplotación de los recursos, agrega.

En relación con las metas de Aichi del CDB que México firmó, hasta ahora hay un avance en los instrumentos de políticas públicas para la conservación de la biodiversidad pero las metas que se relacionan con los sectores productivos o extractivos tienen un avance negativo. Es el caso de la pesca, la agricultura y los ecosistemas marinos.

Advierte que a corto y mediano plazos uno de los retos más importantes es detener la pérdida y degradación de la superficie remanente de los ecosistemas naturales del país, además de restaurar los que ya están degradados.

David Cooper, del área de Ciencia, Evaluación y Seguimiento del CDB, explicó en entrevista que son 20 metas que se deben cumplir a 2020: hay progreso, pero no es suficiente y se deben reforzar acciones.

Dijo que los países están atentos a mejorar políticas y acciones, pero no ha sido suficiente ante las presiones de la biodiversidad, como el cambio de uso de suelo, el calentamiento global y la contaminación.

Los desafíos son casi igual en todos los países. El modelo de desarrollo lleva a presiones fuertes en la biodiversidad, se debe integrar más en los procesos de desarrollo.

Precisó que en general las metas más rezagadas tienen que ver con ecosistemas como arrecifes coralinos, los cuales tienen presiones por el cambio climático, por los altos niveles de bióxido de carbono en el mar que incide sobre la temperatura y también está el problema de la acidificación de los mares.

“Lo que tenemos que hacer es dar más resistencia a estos sistemas, bajar los niveles de contaminación de la tierra, del uso de fertilizantes, reducir la presión pesquera y controlar el desarrollo costero.

Es una forma de proteger los arrecifes.

Apuntó que otra meta que muestra rezago es que el número de especies amenazadas con la extinción no baja y agregó que este problema ha crecido en todo el planeta.