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Bajo la Lupa

Estados Unidos: Acomodamiento con China; colisión con Rusia

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El president Barack Obama, un paso atrás del mandatario chino Xi Jinping, arriba a la reunión del G-20 en Brisbane, AustraliaFoto Ap
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e fractura Eurasia, inmenso territorio que se extiende de Europa hasta Asia, de casi 53 millones de kilómetros cuadrados –más de la tercera parte de la tierra firme del planeta– y donde habitan 66 por ciento de los habitantes terráqueos.

En la parte oriental de Eurasia se gesta un reacomodo entre China y Estados Unidos –superpotencia extra-eurasiática–, mientras que en su parte occidental –desde el Mar Negro/Medio-Oriente hasta el Atlántico Norte, y que quizá incluya su apéndice geopolítico del Golfo de México, donde empiezan a sobrevolar los bombarderos nucleares rusos– se intensifica la ominosa colisión entre Estados Unidos y Rusia, que rememora la guerra fría geopolíticamente bipolar y climáticamente polar por su focalización en el Ártico.

Estados Unidos parece preferir los casi 9.6 milllones de kilómetros cuadrados y los más de mil 300 millones de habitantes de China a los poco más de 17 millones de kilómetros cuadrados y 142.5 millones de habitantes de Rusia –a la cual el vice-presidente Joe Biden vaticinó su muerte demográfica.

Estados Unidos se obstina, con su etéreo G-2, exclusivo para China, y desecha un G-3 con Rusia en la fase dramática de “15 días de ajustes (http://goo.gl/KrGG92 y http://goo.gl/wgbbx5)”.

El hawaiano Obama, educado en su adolescencia en Indonesia, implementa un elusivo G-2 regional que no se atreve a pronunciar su nombre en la zona Asia/Pacífico, mientras alienta la balcanización de Europa (fuck Europe, Victoria Nuland, asistente del Departamento de Estado, dixit) a expensas de la martirizada Ucrania con el fin de impedir el acercamiento de Alemania tanto con Rusia como con China y, de paso, fracturar el eje virtual Berlín-Moscú-Pekín como nuevo centro de gravedad de la geoestratégia del siglo 21 (http://goo.gl/G0Jq4B).

No pudo ser más ilustrativo el trayecto de las transcendentales cumbres de los 15 días de ajustes desde China –Cumbre APEC– pasando por Myanmar (la antigua Birmania/Burma) –Cumbres del Este de Asia y de Estados Unidos/ASEAN– hasta Australia, feudo de la anglósfera –Cumbre del G-20.

China, hoy la primera superpotencia geoeconómica global, que acaba de desplazar a Estados Unidos del primer sitial, dispone de 4 millones de millones de dólares en reservas de divisas, de las que carece Estados Unidos, y que puede invertir generosamente con sus vecinos del ASEAN (10 Naciones del Sudeste Asiático).

Según Shanghái Daily, China ofreció 20 mil millones de dólares en préstamos a los 10 países del ASEAN (http://goo.gl/g0z0mI). Hoy las bombas nucleares son bombas geoeconómicas.

En la APEC, el mandarín Xi brilló intensamente en su reacomodo con Estados Unidos (sumado atrás por la anglósfera), donde coincidieron en el acuerdo histórico sobre el cambio climático que entierra de facto el Protocolo de Kyoto –firmado por Clinton, pero sin ser aprobado por el Congreso de Estados Unidos por su elevado costo– y da pie al cronograma Lima/París en el lapso de un año.

En las dos cumbres de Myanmar, Estados Unidos no obtuvo los resultados deseados y su barómetro lo representan las imprecaciones estadunidenses sobre el lento avance de las reformas democráticas de su anfitrión. Léase: Myanmar desea sostener relaciones cordiales con Estados Unidos, pero no a expensas de su vecino terrestre, China, ni de su otro vecino marítimo, India.

Más allá de los ditirambos de la prensa anglosajona sobre el triunfo descolgado por Obama en la APEC –que prácticamente dan a entender el asentamiento del condominio de un G-2 secreto–, siguen fluyendo diversas interpretaciones como la oficial de Alemania, de la Deutsche Welle (DW), y la propia de los chinos.

Según Frank Sieren, columnista de DW, los países asiáticos se reafirman en la APEC y la más importante lección es que de ahora en adelante los asiáticos desean resolver sus problemas por si mismos sin la ayuda de Occidente (http://goo.gl/dO61oM).

Los símbolos pesan: el mandarín Xi colocó a su derecha a Vlady Putin en la foto oficial de la Cumbre de la APEC, mientras el presidente ruso se excedía en caballerosidad para abrigar con su saco a la influyente esposa del presidente chino.

Obama fue colocado a la izquierda a cuatro lugares distantes del mandarín Xi que situó al presidente indonesio dos lugares antes.

Sieren comenta que los estadunidenses tienen sentimientos encontrados sobre el acercamiento de Japón y China cuando acercarse a China también significa alejarse de Washington. Señala que también Sudcorea, otro supuesto aliado de Estados Unidos, se ha acercado a relaciones más cálidas con Pekín.

Agrega un comentario rudo: en la cumbre de la APEC de 21 países, Estados Unidos no ocupa más el centro del escenario, ni aún en la foto oficial cuando Estados Unidos no es más el indiscutible centro de poder mundial.

A su juicio, los 21 países de la APEC acordaron la propuesta china de un Acuerdo de Libre Comercio del Pacífico y rechazaron la de Estados Unidos (Nota: el polémico TPP) que excluye a Rusia y China.

El lanzamiento por China del Banco de Inversiones de Infraestructura de Asia (AIIB, por sus siglas en inglés), con un capital inicial de 50 mil millones de dólares, hace a los países asiáticos menos dependientes de Occidente.

A los militares de Estados Unidos no les gustó el ascenso irresistible de China en la Cumbre de la APEC. El general retirado Wesley Clark y anterior Comandante Supremo de la OTAN, en un artículo para el NYT, refirió que la política de diálogo constructivo de Estados Unidos con China ha fracasado y que ya era tiempo de ser realistas al respecto (http://goo.gl/oaiSU7).

Global Times, rotativo oficioso de China que le sigue dando vuelo a los BRICS, afirma que “Washington ya no puede hacer más reglas por sí solo (http://goo.gl/owfc2p)”.

El rotativo chino responde tangencialmente a un artículo del general Dennis C. Blair, anterior jefe del Comando del Pacífico de Estados Unidos, quien aduce que un acuerdo TPP establecerá el liderazgo de Estados Unidos y Japón en la región Asia/Pacífico (http://goo.gl/wPjZjB).

Pues resultó que el espectacular acercamiento de Japón a China parece haber dejado a los militares de Estados Unidos colgados de la brocha.

El feroz comentarista Pepe Escobar aduce que las elites de Washington/Wall Street no tienen absolutamente la intención de permitir un mínimo de multipolaridad y lo que queda es el caos –lo cual aborda en su reciente libro Imperio del caos” (http://goo.gl/BJHJHJ).

A juicio de Escobar, Rusia tiene la carta triunfadora por ser un poder euroasiático cuando opera el nacimiento del siglo euroasiático.

Al inicio de la cumbre del G-20 en Brisbane, la anglósfera (Gran Bretaña/Canadá/Australia), con Estados Unidos, linchó retóricamente a Putin, quien ha sido anatemizado por la prensa anglosajona que propala su fuga precipitada después de haber sido supuestamente regañado por Occidente (sic) (http://goo.gl/MIyJMc), como si tres países de la anglósfera, sumados de Estados Unidos y hasta de los dubitativos europeos –que serían un total de 8 de los 20– constituyera la aplastante mayoría.

En espera de resultados de la sobre-extendida, cuan desenfocada agenda del G-20, Australia –con su poco diplomático primer ministro (http://goo.gl/xGedMR)– abusa de su anfitrionía para fracturar a Eurasia y empujarla a una nueva guerra fría: error fatal de Occidente, según el nonagenario Kissinger (http://goo.gl/qbNEk9), lo cual es mucho decir.

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