Parafraseando el aforismo de que todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, Carlos Sacal ha dado cabida a 60 espacios dedicados a los alimentos en un espacio de mil 500 metros cuadrados.

Desde hace cuatro meses, la zona de comederos en que se ha convertido parte de la colonia Roma cuenta con nuevo inquilino, aunque éste con un concepto singular, ya que supera los atrevimientos de varios de los otros negocios ahí establecidos.

Se trata del hoy ya concurrido Mercado Roma, ubicado en la calle de Querétaro, en el mismo lugar donde durante años miles movieron el esqueleto, pues ahí estuvo El Gran León; hoy, a cambio, podrán mover mandíbula.

Prácticamente, todo tipo de alimentos pueden comprarse o consumirse ahí mí mismo, desde un churro con chocolate de El Moro, el tradicional establecimiento del Centro Histórico, que tiene aquí su única sucursal, hasta agua de coco con jugo de naranja, con ingredientes que vienen de Tecomán, Colima, pasando por una panopia de pescados, quesos, semillas, granos, paletas de coctel de frutas, tapas, vinos, tacos, cortes de carne, pan,comida vegetariana, además de poder adquirir plantas de ornato en el muro ecológico.

Para comer sin tanta etiqueta lo ahí adquirido se cuenta con cinco tablas para compartir, otra de las peculiaridades del sitio.

“Tomé la idea durante un viaje a Madrid, en el mismo mercado de San Miguel –aunque no lo copio–, cuando mi hijo me sugirió poner algo parecido aquí”, explica Sacal, dedicado a los negocios de bienes raíces y con ataduras a la colonia, pues en sus calles pasó su niñez y juventud.

Dos años, dice, le llevó buscar a los locatarios, a quienes considera lo mejor de lo mejor en sus campos, para llenar el  ancho local, que cuenta también con dos restaurantes formales, que requieren de reservación, donde afamados chefs vierten la  sabiduría de su arte culinario frente a los comensales, y un piano bar, donde la selección de artistas está a cargo de la afamada directora de orquesta Alondra de la Parra.

Carlos e Ivone Sacal con Pepe Arévalo (en medio) durante su presentación en el Mercado Roma, el pasado 6 de noviembre Ortega CortésFoto Yazmín

La ciudad de México es una gran capital que merece lo mejor ,y aquí tenemos muchos de los mejores productos del país; de esos soy defensor, dice el empresario, quien ya tiene planes para expandir este concepto tanto en el Distrito Federal como en el interior de la República Mexicana.

Sacal es asimismo un seguidor de la rumba y el buen son, por tanto, hace un par de noches rindió un reconocimiento a Pepe Arévalo, quien al frente de su charanga divirtió a la parroquia, casi en el mismo suelo, como líneas arriba quedó asentado, a partir del 5 de noviembre de 1980, hace ya sus buenos 34 años.

Chacra musical

Además de las viandas, los concurrentes al acto, así como los comedores ocasionales que al momento se encontraban, pudieron degustar de las clásicas de Arévalo y sacar brillo a la improvisada pista .

Pepe Arévalo es una figura de la música urbana, un chacra de musicalidad de la ciudad, se refirió al festejado Jaime Almeida, quien calificó al lugar como una sinagoga de la salsa, ante la jocosa aprobación de muchos de los presentes, al momento de descubrir la placa alusiva.

Los horarios del mercado, que funciona los siete días de la semana, son, en venta de productos, de nueve a 20 horas; en sitios para comer de nueve a 23 horas. El bar funciona de jueves a sábado a partir de las 14 horas.

Hay espacio para estacionar bicicletas y amarrar al can, en caso de acompañarse de uno; para quienes llegan en auto se cuenta con siete estacionamientos en los alrededores.