En 2015 rendirán homenaje a la actriz Pilar Pellicer con una obra del autor quebequense
Asistió al cierre de temporada de su pieza Tom en la granja, en el Foro Lucerna
Miércoles 5 de noviembre de 2014, p. 7
Mis obras tienen que ver con por qué hacemos teatro y la razón por la que el teatro aún es pertinente en nuestra sociedad
, expresa el dramaturgo quebequense Michel Marc Bouchard (Lac-Saint-Jean,1958), quien hace unos días estuvo en México para asistir a las dos últimas funciones de su obra Tom en la granja, dirigida por Boris Schoemann, que finalizó temporada en el Foro Lucerna.
Autor de más de 25 piezas, Bouchard es conocido por el público en México. Desde 2000, Schoemann ha montado Los endebles, La historia de la oca, El camino de los pasos peligrosos, Tom en la granja y se prepara para un quinto montaje, en marzo de 2015, en el teatro El Galeón y el Centro Cultural Helénico.
Se trata de Bajo la mirada de las moscas, en la que se vuelve a manifestar la violencia y, en especial, la violencia física. Si en Tom en la granja el entrevistado revisa por qué la ficción gay se inclina más y más hacia la brutalidad y el modo sadomasoquista
, la nueva obra explora la manipulación con base en las drogas
.
Con Bajo la mirada de las moscas se rendirá un homenaje a la actriz Pilar Pellicer por su trayectoria de más de 50 años. Resulta que doña Pilar asistió a una función de Tom en la granja y quiso que se le reconociera con una obra de Bouchard. Eligió Bajo la mirada..., con dirección de Schoemann, quien integra un elenco alrededor de la la actriz.
Siempre en las obras de Michel Marc Bouchard hay una madre y lo único que quiere es saber la verdad. Y es muy bello, porque todas se manejan dentro de esa violencia y también de la mentira. Quiere que sus hijos le digan la verdad de una u otra manera. A pesar de que el teatro de Michel Marc habla de situaciones como pueden ser un amor homosexual, también habla de cómo las mujeres pueden vivir esto desde ser madre, amante o hija
, apunta Schoemann.
Escribe La divina ilusión
No es el primero en abordar temas de violencia –ahora toda la ficción se basa en la violencia
–, aunque Bouchard la impugna. “Cómo la traducimos, cómo la disfrutamos –el caso de Tom–, cómo la buscamos y cómo la violencia puede afectar la vida, como en La historia de la oca, cuando uno es abusado de niño, y cómo a veces inconscientemente uno lo transmite a sus hijos. Eso me importa mucho, pero no quiero dar una respuesta, sólo mostrar. La meta del artista consiste en preguntar, no responder”.
Sin hacer una referencia directa a sus colegas canadienses y quebequenses, el entrevistado explica: Mi teatro es el más violento, en el sentido de que explora esa parte en términos de lo físico, porque contamos con actores, lo que es maravilloso porque tienen cuerpos
. A veces es una violencia verbal, otras es de acciones. A Bouchard le gusta representar la masculinidad
en el escenario mediante la pelea o los deportes.
–Usted se enfrenta a los problemas de la sociedad de manera directa. ¿Tal vez a otros les da un poco de miedo?
–No es un asunto de miedo, más bien es de integridad y de pertinencia dentro de mi propia sociedad. Al escribir Tom... me sorprendió mucho el uso de la violencia que ni siquiera tenía previsto, pero fue como una especie de atracción que este lenguaje también tenía que ser correspondido físicamente. Abordo las cuestiones de mi sociedad, pero más con una intuición que con una reflexión intelectual.
Michel Marc Bouchard trabaja en una nueva obra que se estrenará en 2015, primero en inglés y luego en francés.
Se trata de La divina ilusión y transcurre en 1905, cuando la actriz Sarah Bernhardt fue en una gira al entonces pueblo remoto de Quebec.
Me gusta remitirme a la historia, porque crea una distancia y de esta manera no me encuentro atrapado en la anécdota.