Sábado 1º de noviembre de 2014, p. 33
Nueva York, 31 de octubre.
Un juez del estado de Maine, en el noreste, dictaminó este viernes que la enfermera Kaci Hickox, quien fue obligada a mantenerse en cuarentena al regresar a Estados Unidos después de atender a enfermos de ébola en Sierra Leona, puede dejar su casa y acudir a lugares públicos.
En un caso que ha llegado a ser emblemático sobre las libertades personales y el temor al virus en Estados Unidos, el juez Charles C. LaVerdiere sentenció que Hickox debe revisar su salud a diario, pero dijo que no hay necesidad de aislarla ni de restringir sus movimientos porque no tiene síntomas de la enfermedad mortal.
LaVerdiere criticó la desinformación y los datos científicos erróneos que circulan en el país en torno al virus, que se transmite por contacto directo con fluidos corporales hasta que se desarrolla la enfermedad.
Hickox, de 33 años, señaló que es un buen día
y resaltó que sus pensamientos, oraciones y gratitud
permanecen con aquellos que aún luchan contra el ébola en África occidental.
La enfermera, cuyos exámenes dieron negativo por el ébola luego de haber regresado de tratar a pacientes en Sierra Leona, había dado al estado el jueves como fecha límite para levantar una orden de permanecer en su casa hasta el 10 de noviembre, ya que en caso contrario se presentaría ante la corte.
Paul LePage, gobernador de Maine, dijo estar en desacuerdo con el fallo, pero aclaró que se apegará a él. He hecho lo que pude para proteger la salud y la seguridad de los habitantes. El juez ha disminuido las restricciones con su fallo, y me parece desafortunado
, afirmó.