Gana el partido Nida Tunis que tendrá que formar coalición
Viernes 31 de octubre de 2014, p. 31
Túnez.
El partido secular Nida Tunis, con lazos con el depuesto presidente Zine Abidinde Ben Alí. ganó las elecciones parlamentarias celebradas el domingo pasado en Túnez, y derrotó a los islamitas, anunció la madrugada de este jueves la comisión electoral.
Nida Tunis (Túnez Llama), que hizo una explícita campaña antislamita, logró 85 de los 217 escaños del Parlamento, que le dieron derecho a nombrar un primer ministro y liderar un gobierno de coalición.
El partido islamita moderado Ennahda, que antes dominaba el Parlamento, logró 69 escaños, o casi 32 por ciento del nuevo Parlamento, lo que supone una pérdida de unos 23 legisladores.
En las primeras elecciones libres celebradas en 2011 tras el derrocamiento de Ben Alí, los islamitas fueron la fuerza más votada.
Analistas describieron las elecciones del domingo como un referendo sobre los tormentosos dos años en el poder de la coalición liderada por islamitas, que se vio castigada por sus pobres resultados económicos y la decepción por las expectativas incumplidas tras el derrocamiento de Ben Alí.
Además, en estos últimos tres años, el país se ha visto sacudido por atentados.
Nida Tunis es liderado por Beji Caid Essebsi, veterano político de 87 años que fue ministro de Exteriores en la década de los 80 y presidente del Congreso a principios de la década de los 90.
El partido, que conforman empresarios, sindicalistas y políticos del antiguo régimen, prácticamente descartó formar una coalición con los islamitas, al indicar que iría contra su naturaleza
y aseguró que acudiría a una serie de partidos más pequeños para obtener la mayoría parlamentaria de 109 escaños.
En un distante tercer puesto, con 16 curules, quedó la Unión Libre Patriótica de Slim Rihai, un multimillonario novato en la política.
En cuarto puesto quedó la coalición de izquierdas conocida como Frente Popular, que vio a dos de sus miembros asesinados por extremistas en 2013.
Entre los países que experimentaron la primavera árabe, sólo la transición democrática de Túnez se ha mantenido en marcha, mientras Libia y Siria se sumieron en guerras civiles y el ejército egipcio derrocó al presidente electo.
Las elecciones parlamentarias deben allanar el camino hacia una normalización democrática en el país. En cuanto el nuevo Parlamento asuma sus funciones el actual gobierno de transición podrá ser sustituido por otro electo.
Después se celebrarán elecciones presidenciales a finales de año para elegir a un nuevo jefe de Estado y con ello se cerrará el proceso democrático abierto por la conocida como revolución del jazmín con la que comenzó la primavera árabe.