Culiacán, Sin.

La desaparición de 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala, Guerrero, es parte de la siniestra cotidianidad de violencia y crímenes impunes que se tienen en el país, donde la clase política, el gobierno y los empresarios están coludidos con el narcotráfico, afirmó el actor Héctor Bonilla.

“¿Y cuál es el problema que tenemos en México? Nuestros comprometidos superempresarios no pagan impuestos, cuando le están cargando impuestos a un pobre amigo porque tiene un puesto de tacos y quieren que haga facturas electrónicas. Estos señores llevan su dinero a los paraísos fiscales. Yo pregunto, en esos paraísos fiscales, ¿con quién juegan golf? ¿Con quién se empedan? ¿Con quién se desayunan? ¿Con quién se ayuntan y con quien se acompadran? ¡Con el narco!”, manifestó.

El actor y activista fue parte de una campaña reciente en medios de comunicación, en la que personajes como él convocaron a los ciudadanos a oponerse a la reforma energética impulsada por el actual gobierno y a participar en la consulta pública.

Sobre la reforma fiscal, dijo que “las leyes son para los pendejos que pagamos nuestros impuestos y cumplimos con ellas, pero resulta que para el narco la ley fundamental es la del más fuerte”.

Leve esfuerzo de la OCDE

Bonilla fue entrevistado en La Paz, donde presentó junto con sus dos hijos la obra de teatro Almacenados. Señaló que hay un leve esfuerzo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por resguardar a la desprotegida sociedad civil del mundo, por medio de la eliminación del secreto bancario y de los paraísos fiscales.

“Y si esto no sucede, no hay salvación para la humanidad. Seguirá este fenómeno absurdo de mucho dinero en pocas manos, que automáticamente deriva en pésima calidad de vida para los jodidos. Son tiempos en que no los burritos no tienen trabajo: los genios no tienen trabajo.

“¿Y la izquierda? Tenemos a una izquierda que no está comprometida, que parece más preocupada por jugar el juego de los poderosos, que por representar y defender a la gente.

“Es lo doloroso. He votado por la izquierda desde los 18 años y veo venir a Fernández de Cevallos, quien ha vivido del tráfico de influencias, aunque es dicharachero y muy ‘brillante’, pero cuando veo que la gente opera igual, pues me siento descobijado.

“Lo que veo es eso. Y veo cómo tienen muy buenos coches y buena ropa y casas y ¡madres! y digo ¿qué es esto?, pero cuando veo cómo no se va a ir el ‘niño’ González (Emilio González, líder del Partido Verde Ecologista de México, PVEM) con su dizque partido verde que es una afrenta a la ecología. Y por eso lo fundan, porque se dan cuenta de la millonada que tienen. Es un insulto.”

–Se repitió Rojo amanecer, justamente en octubre, pero ahora en Guerrero.

–Comprenderás que me rebotó automáticamente. Más ostensible y doloroso y más cupular, con menos secreto. Ahí sabemos exactamente que fue el Presidente, el jefe de gobierno, el ejército… pero en este caso creo que se da este hecho siniestro por la cotidianidad del crimen impune. Ahí está el hecho aplastante, analizan los argentinos los cadáveres y ninguno es. Es decir que esto es cotidiano.

Y cuando oyes a las personas declarando ‘pues sí, es que a mí me mataron a mi marido e interpuse’… No, el horror. No hay posibilidad de nada.

–¿Qué nos queda a los mexicanos?

–Empoderar a la sociedad civil. Es necesario como para una revolución como para una votación. Los movimientos dispersos, el de (Javier) Sicilia, El grito más fuerte, etcétera, tenemos que tener una cohesión para lo elemental. Creo que la sociedad civil tiene que influir en la toma de decisiones en el poder.

–Más allá de los partidos...

–No, no al margen de los partidos. Al margen del color que sea, vamos a aglutinarnos para en 2015 votar en contra de la reforma energética. Sabemos por las encuestas que nos han acostumbrado, desde la educación, si así se puede llamar, desde la desinformación vertical de Televisa, a estirar la mano para que nos den algo, no pensar ni actuar. Acuérdate del soborno de mil pesos que la gente fue a vaciar los estantes a la hora de la votación. A la chingada, que mil varos ni que nada.

“Es tan sencillo: vamos a votar, la gente tiene que participar. Ojalá vayamos a votar contra la reforma energética… yo participé en la arquetípica Manifestación del Silencio, una manifestación perfecta. No tengo acceso a los medios y me muestro de esta manera y llamo la atención, y la gente se informa que no tuve acceso a los medios.

De eso a las manifestaciones actuales hay un abismo. Todas están intervenidas, manipuladas y se han reducido al derecho a pataleta que le conviene a la cúpula del poder. Sí, gritas, echas de la madre, te catalizas y te vas a tu casa, y no pasa nada.

Propuesta

Héctor Bonilla propuso formar un consejo consultivo honorario, con gente de solvencia moral, económica e intelectual, y un tribunal colegiado que tenga posibilidad de emitir juicios condenatorios en defensa de la sociedad civil y que sea incorruptible.

¡Eso es lo que planteo como posibilidad de que haya un cauce para que la sociedad civil pueda tomar cartas en el asunto. Personas capaces y ejemplares como Juan Ramón de la Fuente, Juan Villoro, y otros no se van a chingar una lana, van a obrar con justeza, valientemente; esa es la idea.

El también director y productor de cine, teatro y televisión, oriundo de Puebla, criticó la soberbia y prepotencia del presidente Enrique Peña Nieto por negarse a abrir el debate sobre las reformas a Pemex, fiscal y educativa, y que esconden los negocios entre las fuerzas políticas y económicas nacionales y del extranjero.