Moscú, 24 de octubre.

El titular del Kremlin, Vladimir Putin, advirtió este viernes que el sistema de seguridad global sufre un claro deterioro y concluyó que no hay ninguna garantía de que éste, debilitado y fragmentado, pueda salvar el mundo de cataclismos por cuanto está cambiando el orden mundial y transformaciones de esa magnitud siempre se acompañan de serios conflictos.

Este fue uno de los mensajes torales que el mandatario ruso quiso transmitir hoy frente al selecto auditorio de los miembros del Club de Valdai, que cada año reúne en Rusia a politólogos, economistas, sociólogos y articulistas tanto de este país como extranjeros, los cuales asisten con el declarado propósito de debatir a puerta cerrada sobre los principales problemas de la agenda internacional.

En esta ocasión el tema central a discutir en el encuentro propuesto por los organizadores –Nuevas reglas del juego o juego sin reglas– permitió a Putin lanzar duras críticas a la exclusividad que se arroga Estados Unidos en el mundo.

¿Será que la exclusividad, la forma en que lleva a cabo su liderazgo es realmente positivo para todos?, se preguntó el mandatario ruso. Y siguió inquiriendo con ironía: ¿Acaso su injerencia cotidiana en cuanto ocurre en el mundo lleva la paz, tranquilidad y bienestar? o ¿quizás trae el progreso y florecimiento de la democracia?

Respondió él mismo, ya en tono serio: El dictado unilateral y la imposición de recetas propias producen el efecto contraproducente: en lugar de solucionar los conflictos, los agravan; en lugar de fortalecer estados soberanos, ensanchan los espacios del caos; en lugar de impulsar la democracia, apoyan a elementos de dudosa reputación, de evidentes neonazis a islamitas radicales.

Para Putin la solidez del sistema que existió como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial se basaba no sólo en el equilibrio de fuerzas y en el derecho de los vencedores, sino en que los “padres fundadores de ese sistema se respetaban y no pretendían ‘exprimir’ todo el beneficio para sí y se mostraban dispuestos a ponerse de acuerdo”, en alusión directa a lo que no practica el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Explicó que el sistema de contrapesos, creado con tanta dificultad en décadas anteriores, no se podía suprimir sin crear otro a cambio. Pero Estados Unidos “de un modo prepotente, al declararse ganador de la guerra fría, consideró que no había ninguna necesidad de hacerlo” y, por ello, en vez de establecer un nuevo equilibrio de fuerzas, factor ineludible del orden y la estabilidad, tomó decisiones que aceleraron drásticamente el desequilibrio.

En opinión de Putin, Washington propuso una peculiar fórmula: mientras más supeditación hacia él, como supuesto único centro de influencia en el mundo, mayor legitimidad tendría el régimen gobernante en tal o cual país.

En contraste, el jefe del Ejecutivo ruso afirmó que Rusia no pretende restablecer ningún imperio ni atenta contra la soberanía de sus vecinos. No exigimos para nosotros ningún papel exclusivo en el mundo. Al respetar los intereses de otros, sólo queremos que se tomen en cuenta nuestros intereses y que se respeten.