El Coro Filarmónico de Praga se presenta este viernes en la ciudad de Guanajuato, en uno de los episodios más importantes del Festival Internacional Cervantino (FIC).

Con la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam), interpretará la Misa glagolítica, obra monumental del autor checo Leos Janácek (1854-1928).

El Coro Filarmónico de Praga está considerado entre los mejores en el planeta. Son legendarias sus colaboraciones con la Filarmónica de Berlín, la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam, la Sinfónica de la BBC y principalmente la Filarmónica Checa, a la que estuvo integrado durante varias temporadas, hasta hacerse independiente, como hasta la fecha.

La oportunidad de disfrutar de una obra única en su tipo (se aparta de los convencionalismos de las composiciones denominadas misas), la Misa glagolítica es formidable, además porque el mismo programa de este viernes en Guanajuato se podrá disfrutar el domingo 26, al mediodía, en la Sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario.

Su título obedece al más antiguo de los alfabetos eslavos que se conocen: el glagolítico. Destaca, entre la fascinante arquitectura de esta obra, un solo de órgano, a cargo de Edward Batting, quien ofreció por cierto la noche del miércoles un recital con obras de distintas eras, también en la Sala Nezahualcóyotl.

Las particularidades de la Misa glagolítica, que la hacen un referente entre las obras maestras en la historia de la música, incluyen la propia idea del autor, a quien se atribuye la intención de que no fuera interpretada en una iglesia, sino al aire libre.

Una iglesia es la muerte concentrada

En las notas al programa, Juan Arturo Brennan rescata el siguiente texto de Leos Janácek, donde describe así la atmósfera que quiso para su Misa glagolítica: La fragancia del húmedo bosque de Luhacovice era el incienso. La catedral surgía de la gigantesca magnitud del bosque y la bóveda del cielo con sus brumosas distancias. Las campanas eran el sonido de un rebaño de ovejas. Escucho a un arcipreste en el tenor solista; en la soprano, un ángel-doncella; en el coro, las voces de nuestro pueblo. Los cirios, altos abetos del bosque iluminados con estrellas; y durante la ceremonia contemplo la visión de San Wenceslao y escucho el idioma de los misioneros Cirilo y Metodio.

Cirilo y Metodio, por cierto, son a quienes se atribuye la invención del alfabeto glagolítico.

La postura de Leos Janácek a propósito de la religión, pero sobre todo de la institución religiosa, queda de manifiesto de manera clara en el siguiente texto que también rescató Brennan: Una iglesia es la muerte concentrada. Tumbas debajo del piso, huesos en el altar, imágenes que no muestran otra cosa que la tortura y la muerte. No quiero tener nada que ver con eso.

Además de la espectacular Misa glagolítica, el programa incluye la Marcha eslava de Chaikovski y de él también un fragmento de su ópera Eugenio Oneguin: kuda, kuda, con la participación solista del tenor ruso Yaroslav Abaimov, mientras la checa Adriana Kohutkova, soprano, entonará la Canción de cuna, incluida en la ópera Rusalka, del también checo Antonin Dvorak.

El tenor mencionado y la soprano, además de la mezzosoprano Guadalupe Paz y el barítono Jesús Suaste, serán los solistas en la Misa glagolítica, con el Coro Filarmónico de Praga.

El sábado, a las 20 horas, y el domingo, a las 18 horas, el Coro Filarmónico de Praga pondrá en vida el Requiem de Mozart, con la excelente Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (Ojuem), de la Universidad Nacional Autónoma de México, con los cantantes Anabel de la Mora (soprano), Guadalupe Paz (mezzo), Yaroslav Abaimov (tenor) y Josué Cerón (barítono), todos bajo la dirección de Jan Latham-Koenig, quien estará a la batuta también en el concierto del mediodía, con la Ofunam y la Misa glagolítica.

Aiquir.