El Vaticano afirmó este lunes que los conciertos que tienen lugar en la Capilla Sixtina sirven para financiar las obras caritativas del Papa, negando explotar comercialmente ese lugar sagrado.

El sábado se iniciaron una serie de conciertos, con la Petite Messe Solennelle (Pequeña Misa Solemne), de Gioacchino Rossini, interpretada por la Academia Nacional de Santa Cecilia.

Unos 40 ricos privilegiados concurrieron a este recital patrocinado por una marca alemana de automóviles de lujo.

El Vaticano explicó que las ganancias se entregan a las obras caritativas del Papa.

He leído en estos días que nos habríamos propuesto alquilar la Sixtina a quien tenga dinero para gastar, declaró Antonio Paolucci, director de los Museos del Vaticano.

Nada de eso es verdad, ya que la Sixtina es un lugar sagrado: no se alquila a pedido (de nadie) y no se podrá usar para fiestas privadas, recalcó.

El arte es caridad, le recuerda al hombre el sentido de su existencia. A quienes tienen la audacia de preguntar por qué el Papa no vende sus obras de arte, sus museos le contestan: porque el hombre se empobrecería y porque se pueden hacer muchas cosas uniendo el arte con la generosidad privada, agregó.

Hace unos días, Paolucci anunció que a partir del 31 de octubre funcionará un nuevo sistema de iluminación y climatización en la Capilla Sixtina, una de las más importantes obras del Renacimiento italiano, donde se encuentran los frescos pintados por Miguel Ángel, los cuales abarcan casi 2 mil 500 metros cuadrados.

De acuerdo con algunos expertos de otros museos y gale-rías, ese sistema de iluminación con lámparas led, ofrecerá claras ventajas; mientras, otros observadores consideran que podrían ser dañinas para algunas pinturas, opiniones que consigna el diario The Independent, y que se publican en esta página.

Paolucci garantizó que el innovador sistema dará la luz justa para resaltar los detalles de todas las imágenes de la Capilla Sixtina, sin consumir grandes cantidades de energía ni elevar la sensación de calor en el lugar, donde además de los de Miguel Ángel, están los frescos de Botticelli y Pietro Perugino.

De acuerdo con datos oficiales, el número de visitantes a la capilla, ubicada en el Palacio Apostólico del Vaticano y donde los cardenales eligen a los papas en cónclaves secretos, casi llega a 6 millones de personas al año, y puede alcanzar los 20 mil en un día de verano, con hasta 2 mil personas dentro del recinto al mismo tiempo.

El polvo que entra con las personas, el sudor y el dióxido de carbono, con el tiempo, se convirtieron en un riesgo para los frescos de más de 500 años. Por ello, luego de la instalación del sistema de iluminación y climatización, el Vaticano regulará la entrada de los visitantes.

Paolucci dijo que la cifra actual de 6 millones al año será el máximo permitido.

Los frescos de la Capilla Sixtina fueron inaugurados en octubre de 1512, por el papa Julio II. Durante los recientes 14 años fueron restaurados, labor que culminó en 1994.

Con el nuevo sistema se quiere conmemorar los 450 años de la muerte de Miguel Ángel y el 20 aniversario de esa restauración, trabajo con el que se devolvió los colores originales a los frescos que representan el Génesis y el Juicio Final.

(Con información de Afp, Pl y Reuters)