Ibeth Zamora se hace preguntas que no sabe responder. Se inquiere, por ejemplo, por qué si es la campeona mundial minimosca del Consejo Mundial de Boxeo, su promotora sólo le ha conseguido una pelea en lo que va del año. También se interroga por qué si es la monarca, su retadora, Yessica Kika Chávez, tiene mayor promoción. Y sobre todo: por qué si ambas pertenecen a la misma empresa, le parece que el trato es desigual.

Las respuestas no las conoce, dice la Roca Zamora, pero recuerda que siempre ha ido a contracorriente, que a pesar de los obstáculos sigue de pie y presume ser originaria de una comunidad otomí en el estado de México.

Pienso que no se me da el lugar que merezco, quiero que se me respete tanto arriba como abajo del cuadrilátero. El sueldo que me pagarán en la próxima pelea quedó por debajo de lo que esperaba, lamenta la peleadora.

No obstante ser campeona mundial desde marzo de 2013, este año sólo ha tenido un combate. El que sostendrá el próximo 29 de noviembre ante Kika Chávez será apenas su tercera defensa del título.

Se queja de que el trato de la empresa para la que trabaja, Promociones del Pueblo, le da mayor oportunidad a la retadora que a la campeona del mundo: No sé por qué si somos de la misma promotora, a ella la promueven más. Yo sólo he tenido una pelea en todo el año.

Y se vuelve a preguntar: Quisiera entender, no tengo respuesta, pero la cantidad que me pagarán está por debajo de lo que se suponía que ganaría.

Lo que la perturba más es que la retadora ganará una mejor bolsa que ella, que será la que expondrá el cetro: No encuentro explicaciones para entenderlo. Mi manejador lucha para mejorar el trato que me dan, pero no me explico por qué pasa esto.

Las negociaciones aún siguen en curso, dice la Roca, para que crezca el sueldo que recibirá. Ese es un problema porque no es lo que esperaba. Al menos a mí no me pagarán lo que pensaba: a mi rival sí le darán lo que le habían prometido.

Esta circunstancia que Zamora ha vivido de manera repetida en su vida como boxeadora la ha empujado a incursionar en el campo de la promoción del boxeo femenil. No sólo porque es una entrada económica adicional, sino porque –asegura– no desea que otra pugilista padezcan situaciones injustas como las que ella ha vivido.

No quiero que lo que me hacen a mí les pase a otras peleadoras. Yo me concentro en la defensa de mi título porque sigo luchando. Soy indígena, puntualiza.