Progreso moderado en disputa por el gas
Revela Moscú que se instalarán cámaras para detectar quién viola el alto el fuego
Sábado 18 de octubre de 2014, p. 21
Moscú, 17 de octubre.
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Ucrania, Petro Poroshenko, ratificaron este viernes su apego a los entendimientos que emanan de las negociaciones de Minsk, cuyo principal resultado es la frágil tregua en el este de Ucrania, pero poco pudieron avanzar en la solución de la controversia del gas, más allá de fijar unos parámetros básicos
de un futuro contrato aún pendiente de concertar.
Los mandatarios se reunieron hoy en dos ocasiones en la ciudad de Milán, donde coincidieron en la cumbre informal de líderes de 53 países de Asia y Europa, que sirvió de escenario para hablar, cara a cara y a puerta cerrada, del conflicto de Ucrania.
Desde temprana hora, según reportan las agencias, el tema se discutió en un desayuno con Putin, sin Poroshenko, al que asistieron –a invitación del primer ministro de Italia, Matteo Renzi– la canciller federal de Alemania, Angela Merkel; el presidente de Francia, François Hollande; el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron; el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Diálogo de sordos
Durante hora y media, a juzgar por lo dicho por el vocero del titular del Kremlin, Dimitri Peskov, se produjo un diálogo de sordos. Persisten serias divergencias sobre el origen de la crisis en Ucrania y algunos asistentes al desayuno dieron muestras de no entender qué está pasando en el sureste de ese país, mantienen posiciones inflexibles y llenas de prejuicios
, dijo el portavoz.
Esto hace suponer que los dirigentes europeos se inclinan por seguir aplicando sanciones contra Moscú al no aceptar los argumentos de Putin de que en Ucrania se dio un golpe de Estado inspirado desde el exterior
y de que Rusia no es parte del conflicto
, como aseveran todos los funcionarios rusos.
Poco después del ríspido diálogo tuvo lugar el primer encuentro de Putin y Poroshenko, con la participación de Merkel y Hollande, en el formato de Normandía, llamado así por la reunión inaugural que el cuarteto celebró en junio anterior en suelo francés.
Cerca de dos horas discutieron cómo mantener el alto el fuego en Donietsk y Lugansk. También analizaron el problema del gas, tanto en lo relativo al precio para Ucrania como al tránsito hacia clientes en Europa.
Y sólo después se celebró la reunión bilateral de los presidentes ruso y ucranio, que –sin propiciar grandes avances hacia un arreglo político– sirvió para constar la voluntad de mantener el alto el fuego, aunque en ambos lados hay grupos armados que no se supeditan ni a Kiev ni a los líderes secesionistas respaldados por Moscú y que cada día ponen en entredicho la tregua.
Los mandatarios, en declaraciones a la prensa, resumieron sus conversaciones en términos parecidos:
Putin afirmó que ratificamos que los entendimientos de Minsk (tanto el protocolo del 5 de septiembre como el memorando del 19 de septiembre) son dos documentos clave que deben cumplirse. Hasta ahora, lamentablemente, ambas partes los incumplen por razones diversas. Ucrania conoce estos problemas y nosotros trataremos de mediar, de contribuir, de buscar soluciones aceptables
.
Informó que van a instalar nuevos radares y cámaras de video para detectar quién viola el régimen de alto el fuego. Es lo que necesitamos y lo que queremos
, subrayó Putin.
Poroshenko, por su parte, señaló que acordamos redoblar esfuerzos para cumplir los 12 puntos del memorando de Minsk
. Agregó que en este sentido las elecciones convocadas por los separatistas para el 2 de diciembre tienen que llevarse a cabo conforme a la ley
aprobada por el Parlamento de Ucrania.
Respecto del gas, el mandatario ucranio afirmó que hubo progresos moderados
en torno a los parámetros básicos
de un nuevo contrato pendiente de negociar. La siguiente ronda de conversaciones, en principio, está prevista para el 21 de octubre.
El titular del Kremlin confirmó que esos parámetros pueden garantizar el suministro de gas al menos para este invierno
y reiteró que Rusia, ante la deuda acumulada por impagos, no va a fiar más a Ucrania
.
Explicó: Comprendemos las dificultades financieras de nuestros clientes ucranios. Sabemos que tienen un serio problema de caja. De alguna manera también nosotros les ayudamos en cuanto al volumen de los pagos pendientes por el gas ya entregado (4 mil 500 millones de dólares, si se aplica el descuento de 100 dólares por cada mil metros públicos que ofreció hoy Putin) y creemos que nuestros socios europeos y la Comisión Europea pueden, y en mi opinión deben, ayudar a Ucrania a resolver su problema de caja
.