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Ser parte de las estadísticas
Lourdes Rudiño Los afrodescendientes en México aspiran a que la Encuesta Intercensal que realizará en 2015 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) “derive por lo menos en el diseño de políticas públicas específicas” para esta población, a la cual se le ha escatimado por años su conteo oficial, y por tanto su reconocimiento constitucional y ser considerada en programas, presupuestos e instituciones de carácter público. En entrevista, Sergio Peñaloza, presidente de México Negro –asociación civil con presencia en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca- remarca el compromiso que tiene el INEGI de realizar la Encuesta Intercensal, la cual, dice, “dará cumplimiento a medias” a recomendaciones hechas por la Organización de las Naciones Unidas en 2011 (Año Internacional de los Afrodescendientes) y a demandas insistentes de organizaciones de afromexicanos, “y quiero pensar que para el 2020 (el INEGI) dejará de tener excusas y nos incluya en el Censo de Población”. Cabe señalar que en 2010 organizaciones de afrodescendientes pidieron al INEGI que integrara en el Censo de Población la pregunta: “¿Usted se siente afrodescendiente?”. El INEGI se rehusó y ofreció a cambio aplicar un programa piloto, mismo que finalmente desechó con el argumento de que muchas personas no comprendían la pregunta y que en México el censo no hace distinciones raciales. Posteriormente, por la recomendación de la ONU en 2011, el INEGI ofreció realizar un Conteo Intercensal de los Afrodescendientes en 2015, y luego cambió y determinó que aplicará la Encuesta Intercensal. En una declaratoria del 14 de junio de 2014, firmada en Cajinuicuilapa, Guerrero, representantes de varias agrupaciones (África, AC; Colectivo Las Morenas; Colectivo de Artistas Visuales de la Costa de Oaxaca; Púrpura, AC; Red de Mujeres de la Costa Chica; Grupo Cultural Costa Chica, AC, de Oaxaca, y ODEPA, AC, de Guerrero) así como por Nemesio Rodríguez, de la UNAM y la diputada federal Teresa Mojica, de Guerrero, manifestaron inconformidad por la decisión del INEGI, pues “el modelo de encuesta, en lo que respecta a la población negra afromexicana, no tendría la especificidad que esta población requiere para su reconocimiento constitucional (…) el Conteo tiene mayor especificidad en el conocimiento de la dimensión, las condiciones y situaciones de esta población; mientras que el modelo de encuesta, si bien útil para otros grupos sociales, no es conveniente de aplicar a la población negra afromexicana, ya que se carecen de referentes oficiales previos”. Y deplora: “Después de un largo tiempo de relación entre las organizaciones con el INEGI, no encontramos a la fecha rasgos de voluntad política del Estado para avanzar en el reconocimiento estadístico y jurídico de la población negra. Esta situación se hace de conocimiento público con el objeto de alertar a la población nacional de que, pese a los compromisos internacionales contraídos por el Estado nacional, la estructura del mismo dilata los procedimientos para el reconocimiento pleno de derechos de una población marginada e invisibilizada históricamente”. Peñaloza comenta que la invisibilidad estadística de los afrodescendientes permite que las instituciones los ignoren. “Hemos acudido a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) a solicitar apoyos económicos, pero nos los niegan, con el argumento de que no pertenecemos a ningún grupo indígena”. Asimismo, los negros mexicanos enfrentan el racismo y la discriminación en todas sus formas. “Es frecuente que nos detenga la policía con la acusación de que somos extranjeros que estamos aquí de manera ilegal”.
De acuerdo con declaraciones hechas a la prensa en fechas recientes por Nemesio Rodríguez, investigador en Oaxaca del Programa Universitario México Nación Multicultural PUMC, de la UNAM (hoy denominado Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad, PUIC-UNAM), se estima que en México hay 450 mil afrodescendientes, pero es indispensable que el INEGI realice el conteo adecuado. Dice Peñaloza: “He visto algunas cifras que dicen que somos como el uno por ciento o el 1.2 o 1.3 (de la población de México), pero no me atrevo a afirmar nada. El INEGI no nos ha contado y no tenemos una referencia básica”, señala Peñaloza, quien considera que indígenas y negros mexicanos enfrentan condiciones de discriminación similares. “Vivimos en las zonas más marginadas del país. Se dice que los negros, por vivir en lugares costeros, tenemos mayores oportunidades que los indígenas porque nuestras actividades principales son la ganadería, la pesca y la agricultura, con un poco más de extensión que los indígenas, por la ubicación geográfica, pero en términos de inversión del gobierno para las actividades económicas de los indígenas y los negros estamos en la misma situación. “En términos del reconocimiento constitucional, los indígenas están mejor: ya están reconocidos, tienen una institución que los atiende, la CDI, tienen un presupuesto para el desarrollo de comunidades. Pero en la práctica, la realidad de los indígenas es la misma que tenían hace más de 20 años. El presupuesto que se les asigna para su desarrollo aterriza en pocos espacios y en pocas personas. Los afrodescendientes esperamos que cuando nos reconozcan, no nos ocurra eso. Que cuando nos den presupuesto vaya verdaderamente al desarrollo de las comunidades”. Peñaloza explica que los afrodescendientes se dedican a la agricultura y la ganadería, pero no forman parte de los grandes productores. “Desde que trajeron de África a los negros como esclavos, durante la Colonia, se les empleó en esas actividades fue como una escuela para las generaciones siguientes y fue el legado de actividades productivas que se quedó y no ha habido más oportunidades. Hoy el abandono económico, la falta de inversión gubernamental se observan precisamente en el campo y por eso muchos están yéndose a Estados Unidos. En mi comunidad, Cuajinicuilapa, antes era muy contada la población afromexicana que emigraba, pero desde hace unos 20 años la emigración es muy marcada. Hay un alto porcentaje de la población que se va en busca del sueño americano y regresa siendo nociva para la población porque ha perdido sus tradiciones y trae otras costumbres, vienen iniciados en actividades de narcotráfico”. Cabe señalar que en 2012 el PUMC (hoy PUIC) levantó un censo de población negra en la Costa Chica de Oaxaca, y los resultados los entregó al INEGI y a comisiones de la Cámara de Diputados, a fin de incidir en ellos para que se agilice el reconocimiento legal de esta población. El trabajo implicó mil 519 encuestas aplicadas en 22 localidades, donde se contabilizaron mil 924 viviendas, con 6 mil 400 habitantes afrodescendientes. Según los resultados, los hogares son ocupados en promedio por cuatro personas, de las cuales trabajan tres pero sólo una obtiene el salario mínimo. La sobrevivencia de la población es gracias a su trabajo en pesca, agricultura y ganadería. De los encuestados 58 por ciento tiene familiares migrantes, 90 por ciento de ellos en Estados Unidos y el resto en diversas partes de la República. El 18 por ciento reportó haber sido discriminado fuera de su región pero dentro del territorio nacional, porque “se piensa que no son mexicanos, por lo tanto hay un problema de conciencia nacional”, según comentó a la prensa en su momento el responsable de la encuesta, Nemesio Rodríguez.
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