Viernes 17 de octubre de 2014, p. 38
Guadalajara, Jal., 16 de octubre.
Humberto S, de 26 años de edad, recibió 40 descargas eléctricas directas de la batería de una patrulla de la Fuerza Única Regional (FUR) en el municipio de Autlán de Navarro, en la costa sur de Jalisco.
El martes pasado pasó por su compadre y acudió a una sucursal bancaria. Alrededor de las 11 horas circulaban en una camioneta Grand Cherokee gris sobre el periférico de Autlán hacia el poblado El Rodeo. De pronto, seis patrullas de la FUR aparecieron frente a ellos.
Humberto tomó una brecha que conduce al balneario La Limita. Unos 50 metros adelante la policía estatal le marcó el alto. Del buenos días
, los agentes pasaron al ¡bájese de la camioneta, lo vamos a revisar!
El joven y su acompañante obedecieron, sacaron carteras y credenciales.
Los oficiales los conminaron a que dijeran la verdad
. Y la de ellos era la misma: son empleados de un negocio del padre de Humberto y productores de pastura y caña de azúcar.
A Humberto se lo llevaron a la parte trasera de su camioneta. Un policía abrió el cofre de una patrulla. Otro tomó al joven de las manos y le puso en los dedos una especie de anillos conectados con un cable a la batería del vehículo oficial.
Una, dos, tres descargas. ¿Dónde tienes las armas?
Con cada choque eléctrico Humberto se desplomaba. Tendido, dos policías lo pateaban. La última vez les dije que no podía pararme, que me sentía débil; entonces me dejaron conectado unos 15 segundos
, relató.
“Les dije que sentía mi presión baja y ellos dijeron: ‘con esto se te sube’, y volvieron a darme descargas. Otro policía traía un aparato de mano con el cual también dan descargas y me lo pasaron por la espalda, desde el cuello hasta abajo”, narró.
Cuando creía que habían acabado, un policía sacó un palillo y lo incrustó debajo de una de las uñas del muchacho. Otro oficial se llevó los 7 mil pesos que había retirado.
A su compadre le dieron descargas con el aparato manual. Ambos recuerdan la despedida de los agentes: ¡Váyanse a la verga antes de que nos arrepintamos!
El abogado del agraviado presentó una denuncia ante el Ministerio Público y una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.
Germán Cuevas Curiel, visitador regional de la CEDHJ, detalló que en 2014 se han documentado cinco quejas por tortura contra policías de la FUR en Autlán.
La FUR está compuesta por mil 400 policías y opera en casi 100 de los 125 municipios del estado. En julio pasado el gobernador Aristóteles Sandoval inauguró las operaciones de este grupo policial en Tala. Solo en Autlán hay cerca de 40 oficiales de la FUR.