Anoche presentaron La reina de las hadas, de Shakespeare, en el Palacio de Bellas Artes
Gracias en mucho a las versiones restauradas de las obras del dramaturgo inglés, se le ubica ahora como una parte relevante de nuestra herencia, dice el musicólogo
Miércoles 15 de octubre de 2014, p. 5
Guanajuato, Gto., 14 de octubre.
El New London Consort, dirigido por Philip Pickett, participó en la edición 42 del Festival Internacional Cervantino (FIC) con dos programas que giraban en torno a la música asociada con un par de obras de William Shakespeare: La tempestad y Sueño de una noche de verano.
En conferencia de prensa, Pickett explicó que La tempestad (1611), muy conocida por el público, fue rescrita durante el periodo de la restauración, momento en que se le agregó más música.
“Vamos a tocar la música que fue añadida a las producciones de La tempestad, en Londres, entre 1667 y 1730. Eso dará al público y la crítica una muy buena idea del tipo de música que solía acompañar a las obras de teatro”, dijo el director en referencia a su presentación el sábado pasado en el Teatro de la Compañía. Pickett reconoció que las versiones restauradas de la obra shakespeareana suelen ser criticadas, en la medida que cambian la obra del gran maestro. Sin embargo, debo señalar que lo hacen de una manera muy ingeniosa, con la finalidad de actualizarlas, mantenerlas populares y gracias en mucho a estas versiones restauradas William Shakespeare ha continuado como una parte relevante de nuestra herencia
.
En cuanto a la presentación de La reina de las hadas, el pasado domingo en el Teatro Juárez y anoche en el Palacio de Bellas Artes, el panorama cambia, porque en primer lugar “no se trata de una obra de Shakespeare, aunque su música se asocia con Sueño de una noche de verano. En realidad, es una versión restaurada de la original y muy alterada, aunque la música ejecutada muy seguida en concierto es casi una entidad en sí misma”.
Colaboración con García Lozano
Con más de 45 años dedicado a la investigación de la música de la época de Shakespeare, Philip Pickett expresó que la versión original de La reina de las hadas consta de cinco actos y al final de cada uno se ofrece una máscara
opulenta y complicada, con baile, canto y máquinas.
Como el problema de tocar la música de esa pieza es que sin la obra de teatro pierde sentido
, Pickett ha intentado encontrar un modo de ejecutarla inteligible por sí sola
.
“Separé la música de la obra, examiné el texto y descubrí que al reordenar algunas de las piezas, casi se lograba un relato inteligible.
“Luego trabajé con el músico y director mexicano Mauricio García Lozano, y juntos inventamos una versión del siglo XXI de la obra, en la que no hay hadas. Lo que tenemos es un grupo de personajes representativos de todos los segmentos de la sociedad que se reúne para dejar atrás sus vidas grises, tristes y aburridas, en aras de emprender un viaje a Arcadia en busca de sí mismos, con la finalidad de encontrar el amor y luego seguir adelante.
“En el curso de la ópera se dan cuenta que todo ese amor y placer están encerrados en su persona y que mediante la interactuación con los otros personajes lo pueden descubrir.
“Así que de hecho hemos creado una ópera en forma de algo que era como una semiópera, que necesitaba una obra de teatro para tener sentido.
Hemos provisto a esta obra arcaica con las ideas básicas perdidas en la actualidad, porque nuestra educación hoy día es totalmente diferente a aquella en que se formaron las personas de ese momento.