Política
Ver día anteriorLunes 13 de octubre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Nosotros ya no somos los mismos

Larga relación de cuestionamientos, dudas y sugerencias sobre panistas a Ricardo Anaya

A

hora sí que la multitud (de lectores, por supuesto) entró en un intenso frenesí: reclamos, inconformidades, apoyos, solidaridades, vivas y denuestos. Mi hotmail rompió record.

El primer correo, lo supongo de una señora de edad provecta y de creencias y mentalidad más provectas todavía. Me dice: En verdad que usted no tiene santo temor de Dios. ¿Por qué cuestiona a un joven tan bien intencionado (el novel presidente del PAN), y con un pasado tan ejemplar? Aunque lo dude, don Carlos, sí hay aves que cruzan los peores pantanos sin mancharse. Distinguida señora (creo que vecina) le contesto: dentro de mis infinitos temores –las permanentes tormentas en la ciudad, el cambio climático en el planeta, los nuevos concesionarios de tv, la impunidad de Larrea, la amenaza de una cirrosis hepática, una inflamación prostática o el libro de Felipe de Jesús, que no sé en que obnubilado momento ofrecí leer y varios etcéteras más–, el santo temor de Dios en verdad está fuera de mis entrañables paranoias. Póngase con uno de su tamaño, finaliza la pía señora. Con uno de mi tamaño no habría dificultad, menos mal que no dijo con uno de su edad. Ya me veo en el asilo Mundet o la Casa del Actor buscando contrincante. Otros columnetófilos, al contrario, me dicen: no pierdas de vista al joven queretano, debe ser un descendiente de los Fernández de Ceballos. No dudo que todas familias queretanas, de la más acendrada estirpe conservadora, giren en torno de su Maximiliano regional. Si Diego llegó a impactar al país de manera tan contundente, imaginen lo que aun ahora significa en su terruño. Dicen que cuando en 2011 su santidad Benedicto XVl tuvo a bien sustituir a don Mario de Gasperín Gasperín (nada que ver con el fantasma amistoso), y nombrar, con la gracia de Dios, noveno obispo de la diócesis de Querétaro a don Faustino Armendáriz Jiménez, tuvo la atingencia de pedir a su secretario: antes de cualquier escarceo, consulten a don Diego, por favor. Hubo, sin embargo, una constante en los correos recibidos que podría resumir así: ¿por qué no le planteas tus (y las de muchos más) dudas, incertidumbres, desconfianzas al señor Anaya y luego, ya sobre seguro, elaboras narraciones y trascendidos? La idea me pareció de lo más acertada, sobre todo porque otros escribidores me enviaron también sus cuestionamientos a los que, con el mayor esmero he intentado dar orden, concierto y concreción. 1. De conformidad con la normatividad interna del PAN, a usted corresponde la designación de los coordinadores de sus bancadas en ambas cámaras, ¿seguirá tolerando el comportamiento amoral e ilícito de que han dado públicas demostraciones los responsables de esa conducción en la de Diputados? ¿Aceptará que la fracción panista en el Senado, en lugar de compadecer su trabajo legislativo a una agenda acorde a sus principios ideológicos, políticos, programáticos, siga actuando como un grupo de presión que hace del chantaje y la extorsión las mejores armas para proteger y preservar, al margen de la ley, a sus militantes empoderados en los gobiernos estatales? (Ya sea el encomendero sonorense, convencido que el mejor yaqui es el yaqui muerto… de sed, o el poblano que pretende atender la creciente demanda educativa con el inocente juego de policías y escolapios. (Se trata de niños que se atraviesan en el camino de policías que practican al blanco (o de cualquier color), con canicas de goma. Niño que se retrasa, pierde). 2. Estará de acuerdo con el criterio expresado por el senador José María Martínez, presidente de la Comisión de la Familia y Desarrollo Humano, a quien don Germán Martínez Cázares calificó como: cavernario, antijurídico, antipolítico y, en una de esas, ¡sorpresa! hasta anticatólico. 3. ¿Seguirá el PAN, bajo su mando, anatematizando a los homosexuales y pugnando por la penalización del aborto? Las preguntas son muchas más, y de índole por demás variada, pero no puedo ser ventanilla única de estas inquietudes y, además, tengo asuntos pendientes que me abruman. Ofrecí desde los tiempos del maderismo incluir algunas colaboraciones de ilustres personeros panistas sobre la crisis de su partido. Doy cuenta de las primeras, esperando le sean de utilidad: don Luis Felipe Bravo Mena, de innegable autoridad no sólo dentro de su partido sino también miembro distinguido de la alta nomenclatura yunquista sostuvo que el alma del PAN es su cultura política, y ésta se ha debilitado. Un partido sin alma es una serpiente que se devora a sí misma. Cuando los panistas comenzaron a olvidar que la política es compromiso y congruencia, el PAN se niega a sí mismo y se separa de sus electores, porque estos veían liderazgos cívicos, no histriones. Ese deterioro se manifiesta en cosas vergonzosísimas. Hizo referencia a los escándalos del diputado Luis Alberto Villarreal y a los jóvenes nazis de Jalisco. (Sobre este asunto, don Luis Felipe, le sugiero recapacite: ¡Qué tal si esos jóvenes le regalan de Navidad las fisgoneadas históricas de don Rafael Barajas, y comprueba que esos jóvenes son los auténticos curadores de la raíz ideológica de sus padres fundadores). Ernesto Ruffo: Madero no debe regresar a la jefatura del partido, pues la decisión de retirarse ha dejado en duda su lealtad y responsabilidad como capitán de la embarcación. Los gobernadores del blanquiazul van a buscar que se reconstituya el cuarto de la nave donde se establece el derrotero para el PAN. Carlos Medina Plascencia, con mayor dureza consideró: es preocupante el deterioro del PAN por prácticas de exhibicionismo, chambismo, amiguismo, compromisos y negocios. Don Ernesto Cordero, por esta vez conciso, se dolió: Es muy triste que el PAN vaya de escándalo en escándalo. Mister Javier bullying Lozano, increpó: es el colmo del cinismo y la ambición. (De inmediato dio media vuelta y se retiró del espejo). Tengo una larga relación tanto de cuestionamientos, dudas, sugerencias que, por muy diversas razones, los accionistas de la columneta quieren presentar a don Ricardo Anaya. También, otras espontáneas colaboraciones de distinguidos panistas como los arriba anotados: don Manuel Alcántara, doña Cecilia Romero, don Juan Ignacio Zavala, don Jesús María Elizondo, la bella Tatiana Clouthier y su hermano Manuel, don Fernando Elizondo y la claridosa subsecretaria doña Lía Limón, quien dijo: no quiero convertirme en cómplice de esa pandilla que se ha apoderado del PAN, como Mariana Gómez del Campo, Demetrio Sodi y Obdulio Ávila. El comentario del respetabilísimo senador Javier Corral merece comentario aparte. Además del atrevimiento de comentarle a don Ricardo Anaya algunas interpretaciones a los artículos 42 (reglamento para selección de candidatos), 48 y 52 de los estatutos de su partido. Si me hace caso, don Ricardo, usted puede ser el ganón en la terna por la candidatura panista para 2017. Pero, shisst, shisst que no lo sepan ni don Gustavo ni doña Margarita o, como diría Mr. Bullying: ¡denle cuello!

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Don Luis Felipe Bravo Mena sostuvo que cuando los panistas comenzaron a olvidar que la política es compromiso y congruencia, el PAN se niega a sí mismo y se separa de sus electores, porque éstos veían liderazgos cívicos, no histriones, y ese deterioro se manifiesta en cosas vergonzosísimasFoto Carlos Ramos Mamahua

Hay dos cuestiones imposibles de posponer, cuando menos en su enunciado: aunque fuego amigo me acusa de que me la paso escribiendo mi autobiografía, no puedo hoy dejar de referirme al trato que, en razón del trabajo que desempeñaba en la Secretaría de Educación, tuve con la Federación de Estudiantes Socialistas de México, la más aguerrida y honorable organización estudiantil de cuantas conozco. Ella agrupaba a los estudiantes de las normales rurales del país. Ya hablaremos al respecto.

Por ahora sólo un dato que, aunque agradezco en todo lo que vale, me costó un derrame bilioso. (¿Por qué tenía que saberlo Jorge Alcocer y no yo? Sus saberes deben concretarse a los IFES pasados y a los INES por venir): Lucio Cabañas, Genaro Vázquez, Othón Salazar, egresados de Ayotzinapa los tres, son garantía de la integridad que distingue a estos humildísimos jóvenes campesinos: (desaparecidos hoy, jamás vistos antes). No cabe duda que ellos están marcados por el ADN ético, ideológico, político de que hicieron gala durante toda su vida y, hasta su muerte, estos maestros guerrerenses. Que jamás nadie tenga la osadía, la desvergüenza de pretender explicar su desaparición, temporal o permanente, acusándolos de las actividades criminales, cada día más características de los hombres del poder, de los poderes. ¡Claro que los muchachos estaban equivocados!: pese a todas las pruebas en contrario, creían tener derecho a la felicidad, la risa, el juego, el amor. Al porvenir y la esperanza. Jamás descansemos en paz.

El proditorio agravio de que fueron objeto Cuauhtémoc Cárdenas y Adolfo Gilly, a todos nos alcanza y ofende. Hagamos pronto, una serena reflexión al respecto.

@ortiztejeda