Sábado 11 de octubre de 2014, p. 6
Un día después del hallazgo de las primeras fosas clandestinas con restos humanos, en las cercanías de Iguala, Guerrero, arribaron al país nueve especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), procedentes de Buenos Aires.
Ese mismo día se trasladaron hasta el cerro de La Parota, a 15 kilómetros de Iguala, para iniciar los trabajos de reconocimiento forense, a petición de las 43 familias de los jóvenes normalistas desaparecidos.
El equipo no logró empezar su labor con la inmediatez necesaria, ya que la agente del Ministerio Público Elizabeth López Peña, de la Fiscalía Especializada para Personas Desaparecidas de Guerrero, se resistía a acreditarlos como investigadores forenses coadyuvantes en el proceso. Una vez que lograron recabar las muestras de ADN y conformar los respectivos paquetes por cada una de las identidades que se busca establecer, el Ministerio Público de Chilpancingo se negó a firmar la cadena de custodia de la documentación obtenida.
Salvados estos obstáculos, en las últimas horas se integraron los paquetes que serán enviados de inmediato a los laboratorios de Estados Unidos, donde se procesan las muestras, bajo condiciones rigurosas que permiten la máxima confiabilidad en sus resultados. El EAAF se formó en la escuela del afamado médico forense inglés Clyde Snow para trabajar en el esclarecimiento de los más de 30 mil desaparecidos en Argentina en los años 70.