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Los hongos, gran alimento

L

os hongos forman parte de la alimentación humana desde hace miles de años. Abundan en las zonas boscosas, pues suelen requerir de humedad para su desarrollo. En la tradición popular mexicana se dice que comer hongos silvestres asados al comal o en una sabrosa sopa, equivale a comer carne. Hay razón en ello.

En un interesante libro publicado por el Colegio de Posgraduados: Hacia un desarrollo sostenible del sistema de producción-consumo de los hongos comestibles y medicinales en Latinoamérica: avances y perspectivas, diversos autores se ocupan del género Fungi, como se le conoce en la clasificación occidental.

A. Trigos y J. Suárez Medellín, por ejemplo, mencionan en Los hongos como elementos funcionales, que tienen un alto contenido proteínico: de 20 a 30 por ciento de su biomasa seca con los aminoácidos necesarios para la nutrición humana. También tienen vitamina B y D; quitina –que es una fuente de fibra necesaria para la buena digestión–, y además son bajos en grasas y no contienen colesterol.

El abandono de la dieta tradicional en el mundo, y México no es la excepción, ha propiciado que la industria –una de las causas fundamentales de esta situación– busque paliar lo que ha provocado, modificando la composición en nuevos productos industrializados. Es el caso de los alimentos para el uso específico de la salud (FOSHU, por sus siglas en inglés), concepto que surge en Japón en la década de los 80.

Los hongos, plantean Trigos y Suárez Medellín, tienen ergoesterol, que según se ha demostrado en laboratorio, inhibe el crecimiento de tumores cancerosos, reduce el dolor asociado a la inflamación, disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares, es antioxidante y antimicrobiano; así que este componente formaría parte de los alimentos funcionales.

Agradecemos a Daniel Martínez-Carrera que nos haya hecho llegar este valioso libro, al que nos referiremos en otras ocasiones. Él es uno de los editores de la obra; también participa en Los hongos comestibles y medicinales en México: recursos genéticos, biotecnología y desarrollo del sistema de producción y consumo.

Ahí señala la importancia de crear conciencia en la sociedad de los beneficios de los hongos y la necesidad urgente de preservar los ecosistemas en que se desarrollan y el conocimiento tradicional milenario. Es indispensable además, controlar el ingreso de cepas extranjeras. La producción nacional de hongos en México supera las 46 mil toneladas anuales.

Hay también artículos sobre los hongos de varios estados y regiones del país, así como de Perú, Guatemala, Colombia, Brasil, Bolivia y Argentina.

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