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Longitud y latitud desconocidas, en el espacio de Polanco

Marina Láscaris conjunta en sus esculturas el arte griego y mexicano
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de septiembre de 2014, p. 2

La obra escultórica de Marina Láscaris (Creta, 1950) reúne la tradición de dos culturas: la griega y la mexicana. Armada de un poderoso bagaje cultural –la ventana de su salón de clases en Atenas daba al Partenón–, cuando llegó aquí hace 38 años empezó a hacer escultura en forma autodidacta.

Cuenta que en un principio las esculturas prehispánicas no le gustaban, ya que las encontraba burdas, pesadas y sin movimiento, cosa que atribuyó a su formación muy occidental. Pero, poco a poco las fui descubriendo y ahora me encantan.

Durante una estancia de dos años en Inglaterra, donde cursó estudios en un par de escuelas de arte, Láscaris se especializó en la pintura de retratos. De repente sus dibujos empezaron a salir del papel y a volverse tridimensionales. Entonces, decidió seguirles la corriente y trabajar primero con plastilina. Así fue como un par de manos de su inspiración ganaron en 1977 el primer lugar en la Exposición Internacional de la Feria de la Plata en Taxco, Guerrero.

La obra actual de Láscaris, no obstante, se relaciona más con la naturaleza como se puede observar en Longitud y latitud desconocidas, muestra de 42 piezas, hechas en bronce, mármol y basalto, abierta en la Galería Juan Martín. De hecho, el conjunto escultórico surgió a raíz de un viaje que la entrevistada realizó a Europa. En vez de volar, cruzó el Atlántico en barco, de allí que se me metió mucho el mar que, además, para mí es muy natural. Poco a poco fueron naciendo estas formas ligadas a lo fluido, a las olas, a los dioses del mar, a las ninfas y todos los monstruos que pueden habitar debajo de la superficie. Todo ese mundo desconocido que está debajo de esa inmensidad que ni nos imaginamos.

En su texto del catálogo, Jaime Moreno Villarreal escribe que ante las presentes obras se me ocurre que la idea de escultura debe mucho a la labor de las aguas marinas. Está en los rompientes que desbastan el litoral y le dan forma, pero también esa modesta insistencia de lijar con arena los confines del mundo, en una brutal pero lenta gestación.

Foto
Llave del mar. Mármol gris de Tepeaca y bronceFoto María Luisa Severiano

Láscaris trabaja con materiales tradicionales, aunque también con hule y cosas más actuales. A veces el tema le dicta el material a emplear, pero en general la piedra encontrada le impone el formato. Cuando empezaron a salir estas ideas sobre el mar me pareció más lógico trabajar con piedra que madera, por ejemplo, porque el mar en las orillas acaricia la piedra y le da forma.

También hay que mencionar que ella misma talla sus piedras, las grandes no, porque no tiene un taller con poleas y demás equipo necesario. Cuando la piedra no es suficiente para la idea que quiero desarrollar le añado bronce. Hay muchas técnicas que no conoce en la medida que no las he necesitado. Según mis necesidades aprendo, con los libros, o voy a la fundición y veo como lo hacen, o así de probar. Si no está bien, pruebo otro método. A veces pierdo un poco de tiempo por no saber exactamente cómo, pero de alguna manera logro lo que quiero hacer.

Miembro del Sistema Nacional de Creadores, 2000-2003, a Láscaris le parece muy rico el mundo artístico en México. Asegura que los artistas somos una hermandad, nos apoyamos muchísimo el uno al otro. Nunca he sentido una competencia. Cuando sabemos que hay un concurso compartimos información. A escala de gobierno hay un apoyo fantástico que no hay en otros países. El artista en México es alguien muy respetado y la verdad es difícil mejorar la situación.

Respecto de la crítica situación económica que ha vivido Grecia en años recientes, la entrevistada recuerda que en momentos de crisis nacen ideas, las personas tienen que expresarse, entonces, hubo una ola de creatividad impresionante de personas que pintaban hasta en los muros o mediante carteles”. La crisis, entonces, ha generado una enorme creatividad en la música, el teatro, en fin, en todas las artes. La exposición Longitud y latitud desconocidas se exhibe en la Galería Juan Martín, Dickens 33-B, Polanco.