Pide la Opanal involucrarse en el tema
más peligrosopara la vida que el cambio climático
Viernes 26 de septiembre de 2014, p. 20
A diferencia del cambio climático, que ha provocado el interés de organizaciones no gubernamentales en todo el mundo por el grave proceso de degradación del medio ambiente, muy pocos alcanzan a entender un problema aún más grave para la sobrevivencia del ser humano, que es el hecho de que nueve países cuenten con 16 mil ojivas nucleares, muchas veces más potentes que las arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki, capaces de destruir el mundo en un instante, lamentó Luiz Filipe de Macedo Soares, secretario general del Organismo para la Prescripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Opanal).
Muchas de esas bombas permanecen en estado de alerta, lo que significa que entre la percepción de la necesidad de lanzarlas y el lanzamiento transcurren sólo unos minutos. Alerta significa eso; no es una cuestión muy hipotética. Además, los programas de los estados poseedores de ese arsenal están en proceso de modernización, lo que va a demandar billones de dólares en los próximos 30 años. No hay cómo no preocuparse; yo creo que la sociedad debe involucrarse más en este tema
, insiste el diplomático brasileño en la víspera del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, que se celebra hoy.
En entrevista con La Jornada, de Macedo Soares destaca que además de los nueve países con armas atómicas –Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Rusia, Francia, que se convirtieron en las primeras potencias nucleares tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, seguidas de India, Pakistán, Israel y Corea del Norte– hay un grupo de naciones que, sin contar con ese arsenal, forman parte de acuerdos para tener depositados en su territorio cierto número de ojivas.
Esto, agrega, hace aún más relevante que América Latina y el Caribe garanticen, por medio del Tratado de Tlatelolco, que más de 20 millones de kilómetros cuadrados, que incluyen áreas oceánicas, con una población de más de 600 millones de personas en 33 países, estén libres de este tipo de armas y se obligue a las potencias a respetar el estatus de desnuclearización, así como a no utilizar o amenazar con utilizarlas en su contra.
Además de esta región, desde 2009 hay cuatro zonas de esta naturaleza, lo que suma un total de 114 estados; se trata del Pacífico, sudeste de Asia, África y Asia Central. Esto representa un elemento de presión muy importante. En este momento el gran interés internacional es lograr lo mismo en Medio Oriente, apunta.
“Las naciones que cuentan con armas nucleares se justifican con el argumento de que lo hacen para estar seguros, pero mientras las tengan nadie en el mundo puede sentirse a salvo. En realidad, son un elemento de presión política y de poder. Frente a ello, América Latina y el Caribe se pronuncian: no creen en monstruos.