Opinión
Ver día anteriorViernes 26 de septiembre de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Las tribulaciones de Barack Obama
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iempos aciagos para el hombre más poderoso del mundo, y por eso el más atribulado. Más amargos aún si su registro de popularidad está más abajo que el de Clinton al descubrirse su romance (51 por ciento según CNN en agosto de 1996). Pero lo que importa al mundo es su parálisis gubernativa, y que a querer o no afecta a todo el globo.

Sus tribulaciones externas, que se dan en la zona más rica y políticamente más compleja del mundo: Europa y el Medio Oriente, extensible al Magreb y a Turquía. Consecuentemente, por distintas direcciones nos amenazan las presumibles repercusiones de sus angustias.

1. Las angustias internas obviamente tienen su epicentro en Washington, pero sus efectos irradiarán al mundo entero y particularmente condicionan a altos intereses de nuestro país. Son la economía con sus lentos avances; las atoradas reformas a las leyes migratorias y las elecciones en noviembre de 435 representantes, 35 senadores y varios gobernadores.

2. En el frente externo la guerra limitada en Ucrania ya tiene efectos severos sobre la estabilidad política y económica de Europa. Putin sonríe, el próximo invierno es su aliado. La dependencia de Europa occidental del gas ruso es estratégica y el posible retiro de enormes capitales financieros rusos de Londres y Francfort se está sintiendo ya. Muy ruso y muy ex KGB, Putin espera, espera, sabe esperar.

Agréguese a la gravedad de la situación externa que el tema específico del conflicto Palestina-Israel por el momento ha entrado en un frágil impasse pero que se ve amenazado por razones propias y por la guerra sobre Siria convocada por Obama.

El Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) ha sacudido a Estados Unidos y Gran Bretaña y asustado a Europa, y los medios de comunicación occidentales han contagiado gran nerviosismo a este hemisferio. La guerra aérea sin soldados yanquis está causando bajas y daños materiales a la población siria.

Estados Unidos bombardea a ese desgraciado país, no a Texas ni a California. Otra vez una guerra en terreno ajeno, recuérdese Vietnam, Corea, Afganistán o Irak, y hoy Siria es víctima doble de ISIS y de la expedición punitiva de Obama. El gendarme internacional en acción.

ISIS es un tema estratégico cuya profundidad puede advertirse en el discurso de Obama el miércoles 10 de septiembre. Reconoció sombríamente que es un tema para años. Es una nueva forma de conflicto cuyos límites no pueden anticiparse. El sistema de decisiones de la Casa Blanca política y técnicamente es complejísimo, debiera ser acertado, pero la historia del siglo XX dice lo contario: no sabe calcular consecuencias.

La economía estadunidense sigue sin recuperarse, hay un gran déficit fiscal, una enorme deuda y el desempleo no cede. Los efectos de los conflictos europeos y árabes podrían retardarla más. Favorablemente los mercados de energéticos no se han inquietado.

Las reformas migratorias, postergadas una vez más por Obama, ahora para después de noviembre, ante la actual situación quizá entonces vuelvan a postergarse, entrando en la ruta de lo que ya no fue posible, con dolorosas consecuencias sobre millones de migrantes. Las dignas expectativas de los chicos dreamers tendrán que volver a esperar.

Las elecciones de noviembre se ven muy conflictivas. Obama podría ganar y así reinstalar un trato constructivo con el Congreso, si no lo logra entrará en un estado de difícil gobernabilidad que sólo avanzará a base de desgastantes decretos ejecutivos por los siguientes dos años.

Y lo que le faltaba, que por suerte se bien logró: una descomposición en el Reino Unido con la separación de Escocia. Para Obama lo delicado de ella eran los efectos sobre el mercado de petróleo y gas del Mar del Norte; sobre la estabilidad de la Unión Europea y sobre la OTAN, y sobre el equilibrio con Rusia. Recordar que en Falslane, Escocia hay bases de submarinos nucleares Trident antagonistas de los Akula rusos.

Las aguas del Mar del Norte frente a Aberdeen y de las Islas Shetland son poseedoras de mantos de petróleo Brent de la más alta calidad, y de gas, por lo que geográficamente hubieran pertenecido al nuevo país, provocando un desbalance estratégico en lo político y en lo económico para la Unión Europea y para Estados Unidos.

Estas tribulaciones hacen pensar que los dolores de muelas de Obama para los agudos meses y los dos años venideros de su gobierno parecen estar asegurados. Esos son sus problemas y queda a los nigromantes mexicanos deducir sus efectos reales y potenciales sobre nuestros altos intereses.

Lo que importa para México de este desconcierto de pronóstico difícil son las derivaciones políticas, diplomáticas, migratorias, económicas, militares que irremediablemente están irradiando ya de él. De algunas maneras, México experimentará algunas de sus secuelas, ¿Alguien del gobierno podría decirnos cuáles podrían ser y cuál sería nuestra respuesta?

Con mi respeto a Carlos, Carmen y sus jornaleros