Sembró, con algunos árabes, la semilla del extremismo, sostiene
erroresde Occidente en Medio Oriente
Premier iraquí advierte sobre posibles atentados del EI en EU y Europa
Sigue el torbellino de reuniones foros y declaraciones en la ONU
la destrucción de la civilización, dar lugar a la islamofobia y crear un terreno fértil para la continuada intervención de fuerzas extranjeras en nuestra regiónFoto Reuters
Viernes 26 de septiembre de 2014, p. 24
Nueva York, 25 de septiembre.
Dentro de la Organización de Naciones Unidas el debate
anual de alto nivel en la Asamblea General continuó durante su segundo día, en que la larga fila de oradores de los 193 países miembros de la ONU no precisamente nutrieron el optimismo sobre el presente y el futuro del mundo, mientras afuera, en las calles, se reforzó la seguridad, después que comentarios de un participante en la reunión generaron alarma sobre un potencial complot terrorista en Nueva York.
Pero el acto más importante del día aquí fue en un estadio de beisbol.
El presidente Barack Obama, en su tercer y último día en Nueva York, continuó con su enfoque principal de generar un consenso internacional para su nueva campaña militar contra agrupaciones extremistas en Irak y Siria, sobre todo el Estado Islámico (EI). A la vez, algo llamado Khorasan, un grupo poco conocido y mucho más pequeño que el EI, pero aparentemente ligado a Al Qaeda, preocupa a la FBI y otras agencias de seguridad, ya que, afirman, está planeando ataques terroristas contra objetivos en Estados Unidos y Europa.
Pero fue el presidente de Irán, Hassan Rouhani, quien cuestionó la manera en que Estados Unidos define el debate contra los recién nombrados representantes de la amenaza terrorista mundial, al acusar que fueron las potencias occidentales y algunos árabes los que sembraron las semillas del extremismo en Medio Oriente. Ciertas agencias de inteligencia han puesto navajas en manos de locos que hoy día no perdonan a nadie
, y acusó: todos aquellos que desempeñaron un papel para fundar y apoyar a estos grupos de terror deberían reconocer sus errores
y asumir la responsabilidad.
Subrayó que “los errores estratégicos de Occidente en Medio Oriente… han convertido estas partes del mundo en un refugio de terroristas y extremistas”, y agregó que las agresiones militares contra Afganistán e Irak y la interferencia en Siria son ejemplos claros
de esta estrategia errónea.
Al destacar la oposición de su gobierno a los extremistas, advirtió que el terrorismo se ha globalizado
, pero que aún no hay respuesta global contra él. Acusó que los yihadistas tienen por objetivo: la destrucción de la civilización, dar lugar a la islamofobia y crear un terreno fértil para la continuada intervención de fuerzas extranjeras en nuestra región
. Añadió: “me sorprende que estos grupos asesinos se llamen islámicos. Pero es aún más sorprendente que los medios occidentales… repitan esta afirmación falsa, lo cual provoca el odio hacia todo musulmán”.
Mientras tanto, negociaciones entre Irán y seis potencias mayores
continuaban detrás del escenario, con el objetivo de lograr un acuerdo sobre el asunto nuclear.
A la vez, en su último acto ante este foro, Obama abordó la crisis de salud por el ébola en África, y advirtió que el mundo hacía muy poco. No nos estamos moviendo lo suficientemente rápido. No estamos haciendo lo suficiente. Aún hay una brecha significativa entre donde estamos y donde necesitamos estar
para abordar esa crisis, declaró ante una reunión de alto nivel en la ONU sobre el tema. La ONU ha informado que si no se hace un esfuerzo más amplio, y sobre todo, más rápido, más de 20 mil personas podrán ser infectadas por el ébola hacia principios de noviembre. La Organización Mundial de Salud reportó en su informe más reciente 6 mil 242 casos de ébola y casi 2 mil 917 muertes en Liberia, Guinea y Sierra Leona.
Mientras continúan las intervenciones ante la Asamblea General, también hay un intenso torbellino de reuniones, encuentros bilaterales, foros, declaraciones, anuncios de nuevas iniciativas y expresiones de preocupación sobre todos los temas imaginables. Sólo hoy se abordó la salud de las mujeres, protección de los mares y su uso sostenible, renovar compromisos en la lucha contra el hambre, contra el cambio climático, un llamado más para poner fin a la pena de muerte, expresiones de preocupación sobre las crisis en Ucrania, Sudán, la lucha contra el ébola y el sida, entre otras.
Pero este espectáculo diplomático fue interrumpido cuando el primer ministro de Irak, Haider Abadi, decidió compartir con medios que su gobierno había recabado inteligencia de militantes capturados sobre un complot del Estado Islámico para perpetrar atentados terroristas en Estados Unidos y Europa, que incluyen sistemas de transporte como el metro. El primer ministro agregó que combatientes extranjeros serían los encargados de llevar a cabo los ataques y que él consideraba la información creíble
.
De inmediato, el gobierno estadunidense expresó dudas sobre estas versiones, aunque no las descartó. Sin embargo, los comentarios provocaron un incremento del nivel de alerta en Nueva York –ya de por sí elevada por la presencia de Obama y decenas de mandatarios en las reuniones en la ONU– y obligaron al alcalde Bill de Blasio y su comisionado de policía William Bratton a emitir declaraciones y sostener una conferencia de prensa a la que llegaron por metro para demostrar que no había peligro. Afirmaron que no hay una amenaza inmediata creíble
y estamos convencidos de que los neoyorquinos están seguros
.
Sin embargo, informaron que habrá mayor presencia policiaca en el metro y otros centros de transporte, que equipos con perros y unidades especializadas habían sido desplegados y que las 7 mil cámaras de vigilancia en Manhattan, en conjunto con agencias de inteligencia federales, estarían vigilando la situación. Si ven algo, digan algo
, la consigna oficial desde el 11-S, fue repetida al solicitar la cooperación del público.
Pero ni los grandes debates, la incesante retórica, ni las negociaciones públicas y privadas sobre cómo resolver los asuntos urgentes de clima, guerra, seguridad y más en el mundo, ni la nueva alarma terrorista, generaron mucha atención en este país y esta ciudad. Aquí hubo algo mucho más importante, de lo cual todos comentaban: el último partido en casa del ya legendario –la cara del beisbol durante dos décadas
– y querido número 2 de los Yanquis, Derek Jeter, que se llevó a cabo esta noche.