La muerte de triatlonista en Cozumel fue por causas naturales
Jueves 25 de septiembre de 2014, p. a15
Todos los deportes –y actividades en general– conllevan un riesgo, pero quienes no toman las precauciones necesarias, como entrenar adecuadamente y hacerse estudios médicos minuciosos, incrementan las posibilidades de severas consecuencias, estimó Frédéric Boulay, coordinador del TEAM (Triatlón Equipo Atletas Mundet) y organizador de disputas deportivas extremas.
Con unas 340 competencias físicas de alta exigencia alrededor del mundo desde 1988, el especialista estimó que el fallecimiento de Rocío Álvarez, el pasado fin de semana durante el Triatlón de Cozumel, pudo ser por un mal cardiaco congénito que no conocía
, porque tenía la experiencia y preparación necesarias para resistir y participar en tales certámenes”.
El integrante del Club Mundet expuso las características de esta triada deportiva, muy demandante en lo físico y lo mental, pero que es una práctica saludable para cualquier persona desde los ocho hasta los 80 años de edad.
Con experiencia en la organización de certámenes extremas, como la rodada Transmexicana de bicicleta –mil 200 kilómetros por la Sierra Gorda, con altitudes de 3 mil metros sobre el nivel del mar– mencionó que una de las principales obligaciones de estos grupos es “brindar la mayor seguridad para los participantes, –lo que a veces no ocurre–, aunque siempre será responsabilidad de los competidores tomar las precauciones pertinentes en lo individual.
Sin olvidar que se les debe dar toda la información a los atletas para que conozcan no sólo las rutas trazadas y reglamentos aplicados, sino cualquier eventualidad, para evitar una tragedia innecesaria
, como ha ocurrido en algunas competencias.
Orgulloso de haber terminado cinco Ironman –3.86 kilómetros de natación; 180 de ciclismo y 42.2 de carrera a pie–, además de maratones y expediciones, dijo que los únicos límites que se pone el ser humano son mentales, porque los físicos se pueden superar cada vez más.
De allí que personas con capacidades diferentes –amputados de piernas o brazos y débiles mentales– pueden practicar triatlón.
Boulay afirmó que no cualquiera se atreve a adoptar esta disciplina por la gran exigencia que impone, aunque muchos mexicanos se mantienen saludables en lo físico y en lo anímico, porque es un ejercicio mental de fuerza, de convivencia y serenidad, al realizarse en lugares turísticos.