Lucas Benítez y Greg Asbed reciben reconocimiento
Lunes 22 de septiembre de 2014, p. 29
Nueva York, 21 de septiembre.
Los cofundadores de la Coalición de Trabajadores de Immokalee, Lucas Benítez y Greg Asbed, recibieron el Premio Clinton de Ciudadano Global esta noche, en reconocimiento a su visión y liderazgo
en promover los derechos humanos de los jornaleros agrícolas en este país.
En una noche de gala que inauguró la reunión anual de la Iniciativa Global Clinton, considerado el acto filantrópico más importante del año, Benítez y Asbed –junto con otros cinco galardonados, entre ellos el actor Leonardo DiCaprio y la presidenta de Kosovo, Atifete Jahjaga– recibieron el premio ante los anfitriones, el ex presidente Bill Clinton y la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, y unos mil invitados del mundo filantrópico, político, empresarial y cultural para honrar sus extraordinarias contribuciones
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El ex presidente Clinton declaró que los galardonados de esta noche representan algunos de los líderes más visionarios en el mundo y encarnan lo que verdaderamente es ser un ciudadano global
y, en referencia particular a la Coalición de Trabajadores de Immokalee, afirmó que dieron voz a una población marginada
.
Benítez y Asbed fueron presentados por la actriz Eva Longoria y agradecieron el premio por el reconocimiento de una lucha colectiva en la que los propios trabajadores cambiaron sus vidas. Benítez afirmó que los cambios dramáticos en los campos de Florida hoy día se han logrado gracias a los jornaleros, así como a consumidores alrededor del país ya que juntos lograron estas transformaciones. “Ahora, ese jitomate es un jitomate justo. Pero necesitamos hacer más, mucho más, para que toda esta industria trabaje con nosotros para lograr estos acuerdos de comida justa.
“Este premio nutrirá la creciente conciencia sobre la difícil situación de miles de jornaleros desde Immokalee a Bangladesh que las empresas trasnacionales explotan para ofrecer lo que todos consumimos. Y estas comunidades enfrentan una y otra vez las mismas condiciones de trabajo forzado, una cultura de hostigamiento sexual y violencia sin remedio. Los modelos tradicionales de responsabilidad social empresariales han fallado a estos trabajadores… Ante ello, hicimos una pregunta sencilla: ¿y si nosotros, los mismos trabajadores, diseñamos nuestro propio programa de responsabilidad social para proteger nuestros propios derechos humanos?”, explicó Benítez.
Asbed agregó que eso fue lo que hicieron, en asociación con los cultivadores, las empresas que compran ese producto y los consumidores, y con ello empezaron a transformar su sector, algo que dicen continuaran ampliando a otros en este país. ( http://ciw-online.org )