Al menos 68 por ciento de la población ha sido afectada alguna vez por un desastre natural, sobre todo la que vive en pobreza, porque se habite en viviendas precarias y en zonas de alto riesgo ante eventos climáticos, como son las laderas de montañas, barrancas o áreas susceptibles de inundaciones, indica el Programa Especial de Cambio Climático (PECC).

En tanto, a una semana de que se reúnan los líderes del mundo en la cumbre sobre el clima en Nueva York, es evidente que las consecuencias de los actos climáticos extremos, como huracanes e inundaciones, destruyen las vidas y el patrimonio de millones de personas. El cambio climático es responsable directo de las muertes de cientos de miles de personas al año, en su mayoría en los países más pobres, indica la organización Amigos de la Tierra Internacional.

El PECC, que presentó hace unos meses el gobierno federal, señala que tan sólo entre 2000 y 2012, los estados con mayores pérdidas económicas por ciclones tropicales fueron Nuevo León, Veracruz, Nayarit y Quintana Roo, con gastos de entre 8 mil 212 a 39 mil millones de pesos, seguidos de Sonora, Tamaulipas, Oaxaca, Yucatán e Hidalgo, con pérdidas de entre 2 mil 493 a 8 mil 212 millones de pesos.

Tabasco, el más perjudicado por lluvias

En tanto, por lluvias en el mismo periodo, el estado con más pérdidas económicas fue Tabasco, las cuales fueron de entre 22 mil 588 millones de pesos a 42 mil millones. Le siguen Veracruz, Oaxaca y Sonora, con daños que fueron de entre 22 mil millones de pesos a 2 mil 298 millones. Mientras que por inundaciones los estados más afectados fueron Veracruz y Oaxaca, con daños de entre 691 millones de pesos a mil 814, seguidos del estado de México, con daños de entre 691 millones de pesos a 263 millones.

El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático estimó que hay mil 385 municipios vulnerables a inundaciones, deslaves, sequías agrícolas, ondas de calor, transmisión de enfermedades y disminución de rendimiento de los cultivos por precipitación y temperatura.

Indica que hay consenso sobre la intensidad de los ciclones en el noroeste del Pacífico y en el Atlántico norte, pero las incertidumbres en cuanto a los cambios y la intensidad complican estimar sus impactos para el país, se prevé que a mayor número e intensidad de tormentas, los impactos podrán tener mayores consecuencias sociales y económicas importantes. Precisa que en las zonas costeras, el aumento del nivel del mar constituye un peligro para los sectores residencial y de infraestructura asentados en zonas costeras.